Capitulo 1

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Narra Leo:

Estaba muy aburrido en mi habitación dibujando lo que se me ocurriera pero en eso escucho un sonido de una carreta proveniente de la calle. Me asome a la ventana para ver de dónde provenía el ruido de la carreta y vi a tres personas. Su casa estaba muy cerca de nuestra panadería.

Narra Alejandra:

Había llegado a Puebla de los Ángeles con mi mamá y mi papá. Nuestra casa estaba muy cerca de la panadería "San Juan".

La verdad yo no me queria ir de Durango, extraño mucho a mis amigos. A lo mejor podía hacer nuevos amigos aquí pero no sería igual.

Narrador off.

—Como extraño Durango,
mamá. —Dice Alejandra triste mientras dejaba una caja en el suelo

Era obvio que Alejandra iba a estar triste después de que casi toda su vida vivió en Durango, le había agarrado cierto cariño en la ciudad.

—No estés triste mi niña, sabes que nos mudamos por el trabajo de tu papá y el mío. —Dice la madre de Alejandra dejando una caja en el suelo.

—Pero toma el lado bueno, puedes hacer nuevo amigos. —dijo el padre de Alejandra. —Me dijeron que en la panadería que esta cerca de nuestra casa viven dos muchachos, uno de 12 y uno de 16.

Alejandra lo miro curiosa.

—No se, mejor me voy a mi habitación. —Aviso Alejandra en un tono desanimado.

—Está bien, hija —dijo la mamá de Alejandra.

[...]

—Oye, Nando, —hablo el menor de los San Juan, Leo. —¿si viste a los nuevos vecinos que se acaban de mudar cerca de la panadería? —Pregunto.

—Si los vi, chisguete. —hablo Nando, el hermano mayor de Leo. —También vi a una niña como de tu edad. —hablo mientras tomaba un pan.

—Si, yo también la vi...— dijo pensativo. —quien sabe de dónde vienen. Cambiando de tema, ¿a quien le toca atender la panadería? —pregunto Leo alzando una ceja.

Leo sabía que a él le tocaba tener la panadería, solo que se hizo el que no sabía.

—¿Como que a quien? pos' a ti, Chisguete, —respondio el mayor con obviedad.

—Ash, ya voy. —Dice Leo algo enojado.

Leo llega a la panadería listo para atenderla, en eso llega una de las personas que estaban en la carretera

—Hola, buenos días. —hablo una mujer, esa mujer era la mamá de Alejandra, Gloria.

—Buenos días. —Saludo Leo. —¿Que va a llevar?

—Ponme...  seis bolillos, porfavor. —Ordeno la mujer.

—Claro que sí. —Dijo el menor para después empacarle los seis bolillos en una bolsa. —¿Algo más? —pregunto Leo.

—No, nada más. ¿Cuanto
sería? —Pregunto Gloria

—Serían veinte pesos —respondió.

—A aquí tienes. —Le entrego el dinero con una sonrisa. —Muchas gracias. Adiós. —Se despidió sonriente.

—Adiós, vuelva pronto. —Dijo Leo.

Gloria sale de la panadería y llega a su casa.

—¿A dónde fuiste, mamá? —pregunta Alejandra viéndola llegar.

—Fui a la panadería que está aquí cerca. —respondió Gloria mientras dejaba los bolillos en la mesa.

—¿Que trajiste? —pregunto Alejandra acercándose.

—Traje seis bolillos.

[...]

—Chis-gue-te —Exclama el mayor de los San Juan entrando a la panadería pateando la puerta bruscamente.

—Hijo de la... hasta que al al fin llegas, Nando. —Dice Leo en un tono molesto enojado y estresado.

—Ay, bájale a tu mala vibra
chisguete. —Pide Nando.

—Aja. Te toca atender la panadería. —Le recuerda Leo a su hermano.

—Pos' ya que —dijo Nando resignado.

—Adiós, hermanito —Dice Leo con una sonrisa burlesca.

Nando rodó los ojos.

Pasaron las horas de atender clientes, cobrar, recibir dinero hasta que se llegó la hora de cerrar. Leo y Nando la cerraron y cada uno sube a sus habitaciones.

Se hace de noche y todos se van a dormir, menos Alejandra.

Narra Alejandra:

Cómo odio que nos tuvimos que ir de Durando a puebla, yo no conozco nada ni a nadie. Solo quiero estar en mi habitación, llorando, pensando en que haré aquí en Puebla, sin amigos.

Ella También Me Gusta. (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora