Capitulo 23

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Leo miró al Charro Negro con desconfianza, pero decidió seguir adelante. Cruzó el portal y se encontró en un lugar extraño y misterioso. En el centro de la habitación, sobre un pedestal, se encontraba El medallón de la Nahuala.

Narra Leo:

¿Que es esto? Porque el charro negro me trajo aquí.

Tome el medallón el cual estaba en el pedestal.

El medallón de la Nahuala brillaba en mis manos. Lo usé para vencer a la Nahuala.

Después de vencer a la Nahuala, me encontré con una tumba misteriosa. Al acercarme, descubrí que era la tumba de los hijos de la Llorona.

De repente, la llorona apareció frente a mi, sabía que tenía que encontrar el pedazo de tumba de los hijos de la llorona.

Logre encontrar el pedazo de tumba, lo con lo que dónde iba y la llorona desapareció.

Mi siguiente desafío fue enfrentarme a las Momias de Guanajuato, bueno, más bien a Rosseau.

Pero aún quedaba un último desafío: el Chupacabras. Para vencerlo, necesitaba encontrar la segunda parte del Hiyari. Me embarqué en una búsqueda intensa y finalmente logré encontrarla.

Por fin, logre vencer a la Nahuala, la llorona, las momias y el chupacabras.

Aparecio el mismo portal por el que anteriormente había cruzado. No dude más y cruze por ese portal.

Después de vencer a todas las leyendas que antes yo había vencido y cruzar el portal aparecio el charro.

—No, pues felicidades— el charro me felicitó.

Yo frunci el ceño.

Que bueno que hayas logrado vencer todos las leyendas a tiempo.—
El hombre sonrió de forma burlesca.

El charro soltó una carcajada, yo lo mire aún más enojado.

Mira, hay algunas personas que quieren verte. —El charro se hizo a un lado para dejar ver a las "personas que me querían ver"

Y entonces, los vi. Mis amigos y mi hermano estaban allí, pero estaban como desmayados. Me apresuré hacia ellos, preocupado por su estado. Traté de despertarlos, pero no respondían.

Mientras yo trataba de buscar una manera de despertarlos, las calaveritas despertaron, me ayudaron a despertar a Xochitl y Teodora. Los demás se despertaron solos.

Nando no despertaba, yo ya estaba muy preocupado por mi hermano, temia lo peor.

Con algunas esperanzas, le di una cachetada algo fuerte pero seguía sin responder, le di otra más fuerte y ahí si desperto.

—¡Ay! Si ya había despertado— reclamo Nando sobandose el cachete molesto.

¡Hermano!— lo abraze con alivio.

Nando me correspondio el abrazo.

Nos separamos del abrazo.

—¡Alejandra!— dije alertado.

Me altere demasiado, me había olvidado por completo de Alejandra. No sé qué horas son, no sé dónde está su alma.

Ya falta muy poco para que el gallo cante, y ustedes aún no tienen el alma de su querida amiga.— advirtió el charro.

El charro negro empezó a reírse. De repente, todo a nuestro alrededor era solamente la hacienda del el Charro.

Todo era una trampa, una maldita trampa...

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HOLAAA ¿Cómo andan?

Capitulo medio corto, lo se, no me maten.

Este capítulo no me convenció mucho, pero bueno 🗿

En serio perdónenme por no actualizar, me quedé como un mes sin actualizar creo.

Esta semana tuve exámenes (Saque buena calificación) y las otras semanas me hice mensa, JAJA.

Bueno, es que también tengo pensado publicar otra nueva historia, por eso no he tenido tiempo de actualizar y está para editar la otra.

Muchas gracias por tomarse el tiempo de leer este capítulo :D

–Mia🌻–

Ella También Me Gusta. (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora