Ella También Me Gusta. (En Edición)

Capitulo 25

—Ma-mamá, ¿Que paso?— pregunto Alejandra mientras abría los ojos.

—¡Alejandra!— Los padres de Alejandra se apresuraron a abrazar a su hija.

Leo y Nando se abrazaron con felicidad.

Teodora, Xochitl y los demás se alegraron de que Alejandra estuviera viva.

[...]

Toda la gente que conocía a Alejandra se pusieron muy felices de que Alejandra estuviera viva, se le acercaban e incluso le daban regalos

Ya habian pasado cinco días desde que Alejandra volvió a la vida.

—Muchas gracias por salvarme.—
Agradeció Alejandra con una sonrisa.

—No es nada, no podíamos dejar que nuestra mejor amiga muriera— dijo Leo.

Era cierto, no la podian dejar así. Desde que los hermanos se hicieron amigos de Alejandra, la apreciaron mucho, la querían demasiado. No podían dejar que nada le pasara.

—Los quiero mucho.— Alejandra de puso en frente de los hermanos y los abrazó a ambos.

—Oye Ale, puedes venir tantito.—
Leo se le veía un poco nervioso.

Alejandra asintió, fue con Leo dejando a Nando a tan solo algunos metros atrás.

—Oye, es que te quería invitar mañana a salir, tu y yo, solos—
Le propuso Leo a Alejandra.

Alejandra se puso nerviosa.

—S-si, me parece muy bien Leo—
Alejandra pudo notar que sus mejillas se sonrojaban.

—Mira, mañana te veo afuera de tu casa, a las tres de la tarde. Quiero que pasemos toda la tarde juntos.— hizo una pausa. —no mal pienses, como amigos, para disfrutar de la tarde.—
Aclaro.

Uy si, como amigos.

—Esta bien— Alejandra acepto.

Volvieron con Nando, estuvieron pasando en la tarde riendo, platicando y haciendo más cosas hasta que se llegó la noche.

Los hermanos dejaron a Alejandra en su casa y estos se fueron a la suya.

—Oye— Nando hablo. —¿Para que le dijiste Alejandra que fuera contigo?—
Pregunto.

—Es que la quería invitar a salir, ahora sí le confesaré mis sentimientos hacia ella. También le regalaré un ramo de tulipanes, me dijo Xóchitl el que ella le dijo que le gustaban mucho los tulipanes.— Explico Leo.

—Uuuy, el chisguete ya va a tener novia.— dijo sarcásticamente Nando, aunque por dentro se estaba muriendo de celos y tristeza.

El menor rodó los ojos divertido.

Pasaron algunos minutos y se fueron a dormir, pero Nando no podía conciliar el sueño por alguna extraña razón.

O alguna persona.

Este pensaba en que qué pasaría si Alejandra aceptaba ser novia de Leo.