Capítulo 5: Noches inolvidables

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Gavi

- Pedri por favor. -le suplicaba mientras me llevaba de una de mis manos hacia la cocina donde se encontraban sus padres. – no me hagas esto, no es que no los quiera conocer, si no que me da mucha vergüenza enserio.

- No debes tener vergüenza Pablito, ellos no muerden, te van a caer muy bien te lo aseguro. – Mis súplicas no fueron escuchadas y segundos después me encontraba frente a los padres del canario y de su hermano mayor.

- Mamá, papá, él es Pablo, mi mejor amigo, se ha incorporado hace poco al equipo.

Eh, eso me tomó por sorpresa, "mejor amigo" se repetía en mi mente durante los siguientes segundos y es que, pensándolo bien, él y yo tenemos algunas cosas en común, como el echo de que tuvimos que dejar nuestras cuidades, familias y amigos desde pequeños para luchar por nuestro sueño de jugar en el Barcelona y también el hecho de que Pedri tampoco lleva mucho tiempo en esta ciudad y que según me había contado, en su tiempo libre se dedicaba a estar en el departamento y jugar play porque según él, eso lo mantenía cercano a sus amigos de Canarias. Y desde que he me han ascendido al primer equipo hemos avanzado en nuestra amistad de forma muy rápida lo cual me sorprende, porque nunca me había echo amigo tan cercano de alguien tan rápido, incluso, con Ansu pasaron meses antes de que entabláramos una conversación.

- Mucho gusto Pablo, es un gusto conocerte. -dijeron ambos padres.

- Eh, el gus- el gusto el mío. -dije un poco entrecortado de la vergüenza que tenía en ese momento, nunca me han gustado las presentaciones ni las despedidas.

- Que bueno que mi hijo esté haciendo amigos por aquí y así no se siente tan solo. - ¿No se siente tan solo? Pedri no me ha comentado eso a mí.

- Mamá, no andes contando mis cosas. -replicó el Canario ante lo que dijo su madre, lo cual me causó algo de gracia.

- A mí también me alegra hacer amigos.

- Te quedas a cenar Pablo? Nos encantaría que comieras con nosotros hoy y así compartir un poco más. -no, no, no, eso era lo que pensaba en mi cabeza, no es buena idea quedarme, no soy bueno manteniendo conversaciones, será muy incómodo, inventaré alguna excusa para irme lo más pronto posible.

- Me encantaría quedarme, enserio, pero temo que no... -en ese momento fui interrumpido por Pedri

- Vamos Pablito, no puedes decir que no, no creo que tengas mucho que ir hacer a la Masia, anda quédate.

- Mi hermano no va a descansar hasta que digas que si Pablo, es bien cabezón, hazle caso.

- Cállate Fer, pero tiene razón, además, mi madre está haciendo croquetas, te vas a morir cuando las pruebes, son las mejores de este planeta y más las de atún.

- Bueno, me quedo entonces.

Pedri

Cuando Fer me dijo que Pablo me estaba buscando la verdad me sorprendí mucho, primero por el echo de que estaba algo enfadado con él por todo lo que había pasado por la mañana y segundo por el echo de que ni sé como logró llegar a donde vivo si no tiene sentido de la ubicación, siempre se pierde aunque ya haya pasado por ahí. Me explicó porqué actuó de esa forma y la verdad es que lo entiendo, no me imagino vivir solo en un lugar como esas desde que eres un niño, alejado de tú ciudad y familia, debió ser muy difícil para él y como me ha dicho él le cuesta mucho hacer amigos y Ansu ha sido de los pocos que ha tenido.

Me causó gracia lo nervioso que se puso cuando le dije que pasara a conocer a mis padres, intentó huir pero no se iba a escapar. Lo tomé de la mano y lo llevé hasta la cocina donde estaban todos cocinando. Fue algo divertido también jajaja, verlo tartamudear, sonriendo con nerviosismo, con esos ojos de color único... suave, que estoy pensando. Me había quedado como bobo viéndolo mientras él respondía a mi madre, por dicha nadie lo había notado, o bien, eso creí hasta que vuelvo a ver a Fer que me estaba viendo con una cara extraña, como analizando todo lo que estaba pasando, de seguro apenas se vayan todos va a acribillarme con un montón de preguntas.

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