-ˏˋ⋆ VI ⋆ˊˎ-

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: ̗̀➛Escaleras.

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S. MG.

Entré detrás de Yunho; intentaba pensar en lo que pasaría de hoy en adelante; no quería bajo ninguna circunstancia dejar a un lado a Hongjoong para hacer espacio para un nuevo chico. Estaba meditando; el alcohol no me dejaba pensar con claridad; no podía enamorarme de un momento a otro de Yunho.

Miré por todos lados buscándolo sin éxito. Los aromas de las personas se mezclaban y hacía dar vueltas a mi cabeza. Encontré a Yeosang hablando con Wooyoung y San. Quería preguntar por Yunho, pero mis sentimientos me jugaron una mala pasada.

—¿Hongjoong no bajó? —pregunté con algo de preocupación

Yeosang apuntó en dirección al segundo piso y miré allí. Estaba discutiendo con Seonghwa. Intenté oír, pero la música y las personas hablando me lo impidieron. Entrecerré los ojos molesto; no pude evitar que mis feromonas salieran y sentí una mano posarse en mi hombro.

—Basta, Mingi, ellos saben arreglarse solos, son adultos ya —dijo San mirándome con severidad —ve a distraerte —señaló hacia la cocina—, ten una vida aparte de Hongjoong, amigo.

Miré una vez más arriba y ellos no estaban. Suspiré y me dispuse a buscar a Yunho. Lo encontré sentado con un vaso de plástico rojo en la mano.

—San me mandó contigo —expliqué haciendo un puchero con los labios, y me senté a su lado. —Me tiene harto diciéndome qué hacer —dije pasando mis manos por mi cara. Él solo soltó una risita.

—Si haces lo que te dice, quiere decir que tiene razón o le respetas mucho —dijo con una sonrisa. Estaba sonrojado, había olvidado lo que había sucedido afuera, pero intenté no hablar de ello. —Admiro su relación, tú eres para él lo que Wooyoung es para mí —dijo sonriente mirándome.

Le devolví la sonrisa y nos miramos en silencio. Un golpe seguido de un grito de varios chicos se escuchó; nuestras caras cambiaron a estar preocupadas; me levanté inmediatamente de mi lugar; todos se habían amontonado cerca de las escaleras; pasé y allí estaba Hongjoong en el suelo y su cabeza sangraba.

Miré a Yeosang quien tomaba los signos vitales e intentaba despertarlo. Me miró con los ojos muy abiertos, aterrado. Lo tomé en brazos y Seonghwa bajó corriendo las escaleras.

—No te le acerques —gruñí severo. —Vamos al hospital Yeosang —ordené mientras comenzaba a caminar con rapidez.

Yeosang me siguió sin ver la cara de nadie.

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P. SH.

Todos observaban a Mingi alejarse con Hongjoong en brazos; no fue hasta que se oyó el auto irse que San se me acercó con el semblante serio.

—¿Tú lo tiraste? —dijo tomándome del cuello de la camiseta.

Minho y Felix intentaban detenerlo tomándolo de los hombros.

—No digas estupideces, San, él se calló —dije mirando a la puerta. Sentí un nudo en el pecho, esto estaba muy mal y si Hongjoong moría, el siguiente sería yo... o se tiró...

Les dije a las personas que asistían a la fiesta que ya había terminado y comenzaron a irse.

—Voy a llevar a Yunho y a... Wooyoung a sus casas, luego voy a ver a Hongjoong —dijo y me dio la mano.

—Tú deberías ir mañana cuando tu amiguito esté más tranquilo —habló Minho refiriéndose a Mingi mientras ayudaba a Jisung a ponerse su chaqueta.

Suspiré frustrado. —No es mi amigo, es amigo de Honggie —expliqué pasándome la mano por la cara.

—Lamento haber pensado que fuiste tú —se disculpó San y abandonó la casa junto con los dos chicos y su pareja.

Sabía que no dormiría sin ver a Hongjoong, pero era mala idea ir ahora siendo que Mingi seguramente estaba con él. Era definitiva mi muerte a manos del Señor Taemin.

Tragué duro y miré la mancha de sangre en el suelo. Me preocupaba saber cómo se encontraba Hongjoong en esos momentos.

୨⎯ 18 ⎯୧

K. HJ.

Me maldije internamente al abrir los ojos y notar que me encontraba en una habitación de hospital. Suspiré pesado mientras intentaba sentarme, sentí como me daba vueltas todo y un agudo dolor en la cabeza apareció. Era obvio que tenía vendada la cabeza, me estaban pasando un suero por una vía en mi brazo y tenía un respirador. También me sentía atontado, me habían puesto alguna anestesia, solo sentía aroma a bambú. Supe de quién se trataba.

Miré a un lado como pude; Yeosang estaba sentado leyendo un libro. Recordé algunas cosas de la fiesta y me dio dolor de cabeza solo pensar que Mingi iba a fastidiarme con sus mil preguntas, pero eso me dejaría más tranquilo después de verlo con otro chico.

Lo amaba con todo lo que mi cuerpo mortal me permitía, y verlo con otro chico me partía el corazón en dos. Mingi era mío, no pretendía compartirlo.

Necesitaba un poco más de tiempo para pedirle ser mi novio; me enojaba que estuviese haciendo tanto y él solo buscara a alguien más. ¿Mi esfuerzo no era suficiente? ¿Acaso ya no me quería? ¿Ese Beta era más especial que yo?

—¿Cómo te sientes? —preguntó el peli-rubio dejando su libro a un lado.

Saqué el respirador de mi boca. —¿Dónde está Seonghwa? —pregunté evadiendo su pregunta y él soltó una risa.

—No hagas preguntas tontas, Mingi no deja ni que se acerque al hospital —se cómodo en el asiento en el cual se notaba que estaba incómodo —vino a verte algunas veces en cuanto el cachorro idiota se durmió —comentó algo cansado; yo abrí los ojos tanto como pude.

—¿Hace cuanto estoy aquí? —pregunté preocupado.

—No lo sé, ¿unos cuatro días? —intentaba recordar y soltó una risita. —Mingi fue por algo de comer, seguro ya está por venir —dijo sonriente.

Suspiré pesado y enderecé la cabeza. —Muchas veces suele ser agobiante —dije pensando en lo sucedido y que le respondería.

—El solo quiere lo mejor para ti —dijo llamando mi atención —eres especial para él, siempre habla de ti y por lo que se eres un buen chico —dijo y se inclinó hacía mí —y siéndote sincero no me pareces ni la mitad de bueno de lo que él dice —susurró y se enderezó.

—No puedo contárselo aún —miré el techo—; es difícil hablarlo, y tengo miedo de lastimarlo.

El aroma a metal y avellanas que tanto me gustaba se hizo presente; miré la puerta unos segundos y se abrió dejando ver a Mingi con dos onigiris y botellitas de agua, me miró y se acercó a darme un beso en la frente, le entregó la comida a Yeosang y me miró nuevamente.

—Al fin despertaste —dijo sonriente y miró a Yeosang— Hyung, sal por favor —pidió en un suspiro. El mayor salió mientras me saludaba con la mano; miré a Mingi y noté sus grandes ojeras.

Él se sentó a un lado mío y no me miró. —Hola, bonito —dije e intenté sonreír mientras acariciaba su mejilla con mi mano. Él se acercó para sentir mejor el tacto.

—¿Él te tiró? —preguntó con el semblante serio y aún acurrucado en mi mano. Estaba sacando de la bolsa el onigiri. No supe responderle. —¡Responde, maldita sea!

Me asusté al oirlo gritar; no lo hacía seguido si estaba yo presente, ni siquiera para celebrar algo. Sentí como las lágrimas amenazaron con salir, pero me aguanté.

Él no me empujó —no logré verlo con claridad por las lágrimas acumuladas. Me miró y su mandíbula se suavizó.

—Lo siento, Honggie, no quiero hacerte llorar, quiero protegerte, solo que... —bufó y se tomó la cabeza con las manos —ya no sé qué hacer contigo... Tú me gustas, Hongjoong, y todo apunta a que yo también, pero evitas el tema a toda costa —vi como algunas lágrimas salían de sus ojos.

En ese momento Mingi solo debía pedirme que me arrancara el corazón y se lo diera, para que así fuese.

Te dejé ir. ||-Minjoong-||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora