~Un deseo no cambia nada. Una decisión cambia todo~
Gaby avergonzada por lo sucedido y temerosa de lo que pudiera pasar la siguiente vez que se encontrara con Ismael, decidió seguir el consejo de Omar, y junto con ellos fue a la delegación a poner un reporte por agresión e intento de violación.
−No tienes nada de qué preocuparte, voy a estar contigo en todo momento. –aseguró Oly, al verla callada y distante, mientras frotó su brazo reiterándole su apoyo. Al escuchar eso, Fernando y Omar intercambiaron miradas en los asientos delanteros.
Al llegar a la delegación, Omar se adelantó para pedir que fuera una de sus colegas la que hiciera el reporte, tomara la declaración y fotos del torso y brazos. Por suerte una de sus colegas estaba libre en ese momento y no tuvieron que esperar mucho.
−Señorita Vargas, ¿está segura de que no quiere levantar una orden de restricción? –preguntó la agente. Después de que terminaron de redactar la declaración y ella la firmo.
−No, por el momento no. Tengo la esperanza de que esto no se vuelva a suceder y poder arreglarlo sin llegar a ese extremo.
−Como guste, recuerde que en el momento en que usted lo decida, puede hacerlo.
−Gracias. −respondió Gaby aún sin poder creer que estaba ahí por lo que sucedió con Ismael.
De regreso a su casa Gaby iba absorta en sus pensamientos, sin poder creer la relación de tuvo por anos con Ismael, se desborono en tan solo unos días.
−¿Entonces que dicen, llegamos por hamburguesas o por pizza? −preguntó Fernando por segunda vez.
−Gaby, ¿tú que prefieres? −inquirió Oly al ver que su amiga no le contestaba.
−Perdón, no escuche la pregunta. −se disculpó.
−Los chicos tienen hambre, ¿quieren saber si queremos hamburguesas o pizza?
−Si no les importa, prefiero ir a al departamento. No tengo hambre, me gustaría ir a descansar.
−Como gustes, solo promete que no le vas a dar más vueltas a lo que paso. Trata de pensar en otra cosa, Gaby. −sugirió Oly.
−No entiendo por qué no pude hacer nada para defenderme, no puedo creer que me quede inmóvil.
−El miedo en ocasiones paraliza, Gaby. Es normal, no te sientas mal; quien debería de sentirse mal es otro. −aseguro Omar.
−Gaby, dudo mucho que lo que pasó valla a ser un incidente aislado, creo que deberías de portar espray de pimienta en tus llaves. −sugirió Fernando.
−O inclusive un taser, por si intenta volver hacerte daño, le electrocutes las pelotas al idiota. –sugirió Oly, ganándose una mirada reprobatoria de ambos hombres y una exclamación de dolor al imaginarse lo doloroso que sería una descarga en ese área tan sensible para ellos. A pesar de eso, estaban de acuerdo con ella.
−Hermano, yo que tú me andaba con cuidado con Oly; ya vimos que es de armas tomar.
−Menos mal que no tiene uno y que no le doy motivos, ¿verdad mi amor?
−Si amor, tú eres un buen hombre y sabes cómo tramarme; no como el idiota de Ismael.
−Si gustas, yo puedo conseguir ambas cosas por ti. Las tendría pasado mañana. −se ofreció Omar.
−Si, si las quiero, me aterra la idea de que vuelva a pasar y de que no vaya a poder hacer algo. −respondió Gaby, sin poder evitar que las lágrimas rodaran por el solo hecho de imaginar lo que hubiera sucedido si no hubiera vomitado.
ESTÁS LEYENDO
Luna de Miel
RomanceGabriela Vargas al ver que su madre y futura suegra organizan su boda sin tomar en cuenta su opinion, decide enfocarse en planear su luna de miel. La cual no está dispuesta a cancelar después de que descubre la infidelidad de su prometido. Mientras...