14 ~Miradas~

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~El primer beso no se da con los labios, se da con una mirada~

−Deja de estarte riendo de mí. −pidió Gabriela, intentando hablar seria sin poder logarlo, al no poder caminar derecho por más que lo intentaba.

−Sabía que esto iba a pasar −mencionó Lorenzo intentando no reír− ,por eso en dos ocasiones te recordé que era mucho vino para alguien que no acostumbra a tomar.

−Siguiente vez, te voy a hacer caso −prometió deleitándose con su encantador y masculino rostro; sonriendo como tonta−.

−No me mires así, belleza. No tienes ideas de lo que provocas en mí.

−Me encantan tus ojos. −comentó ignorando el comentario de él.

−¿Únicamente mis ojos?

−No, todo de ti encanta. Tu cabello, tu piel, tus ojos, tu nariz, tus labios, tus hombros, tus brazos, y todo lo demás, incluyendo como te vistes. −terminó de señalarlo rápidamente para no enfocar su mirada en su masculinidad, lo cual le pareció gracioso a él.

−Me alegro −mencionó mirándola detenidamente por unos segundos−, andiamo belleza. −dijo después de un suspiro, colocando el brazo sobre hombros.

Al llegar a la habitación de ella y ver lo hermosa que era, incluyendo la vista que tenía desde el balcón. Gabriela volteo a verlo seria y un poco preocupada.

−Lorenzo DiSantis, ¿quién eres?, ¿en qué trabajas?

−Ya te lo dije, soy un hombre afortunado.

−¿En qué trabajas? ¿Cómo puedes pagar una habitación así?

−Eso no importa. ¿Te gusta?

−¿Sei qualcosa della mafia italiana?

¿Eres algo de la mafia italiana? −preguntó mirándolo con detenimiento−.  ¿Es aquí cuando tengo que preocuparme?

−Eres la primera mujer que me pregunta eso y la única a la que le da preocupación estar conmigo. ¿De verdad te gustaría saber si soy algo de la mafia? −quiso saber serio cuando dejo de reír.

−No. Mejor no quiero saberlo.  −hablo e hizo un gesto, haciendo reír nuevamente a Lorenzo.

−No te preocupes, no soy parte de ninguna mafia.

−¿Seguro que no eres il capo de la Ndrangheta o di la Costa Nostra?

−¿Me ves pinta de ser a capo?

−En las novelas, siempre los describen, encantadores, guapos, fuertes y con sex−appeal que vuelve loca a cuanta mujer pone sus ojos en ellos.

−No me digas que lees esa clase de novelas.

−Es bueno leer un poco de todo. −respondió con una picara mirada.

−Lamento decirte que la imagen romántica de los capos italianos está muy lejos de la realidad; sin embargo, es bueno saber que te parezco encantador, guapo y fuerte. 

−¿Puedo ver tu habitación? −preguntó sin más, cambiando de tema.

−Claro, me imagino que esta puerta da a mi cuarto −dijo al momento que abrió la puerta, dándole paso a su habitación−, si necesitas algo aquí estaría.

−Es hermosa también, de hecho, me gusta más esta. Tú deberías de quedarte en la otra y yo en esta.

−De ninguna manera, tu habitación es la otra; quiero que tengas una inolvidable luna de miel.

−La otra es muy grande para mí, recuerda que estoy sola; por lo tanto, no es precisamente una luna miel. −comento sonriendo, pero sus ojos reflejaron un poco nostálgica.

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⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

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