POV Normal
[Meses después...]
—¿Quieres un café?— preguntó el rubio cenizo entrando sin llamar a la puerta del cuarto del paciente 28.
La de cabellera blanca sonrió y asintió al mismo tiempo que alzaba una de sus manos hacia su amigo, recibiendo el vaso de cartón con el líquido adentro. — Me has salvado.— dijo para a continuación acercar el objeto a sus labios. En cuanto el caliente líquido hizo contacto con su boca, cerró los ojos, disfrutando del olor y sabor. — Mmm, igual que siempre: amargo.— dijo con una media sonrisa.
—Sé que te gusta de esa manera.
—No te hagas el idiota, sólo sirven el café de esta manera en el hospital.— dijo Meg rodando los ojos y dándole un empujón suave al muchacho. Ambos estaban sentados en unas sillas que el hospital les había propiciado.Pasaron noches enteras velando a Freddy, esperando que diera alguna señal de que despertaría, pero nada sucedió. Ya llevaba unos cuantos meses de esa manera: inmóvil, dormido, solo respirando gracias a la máquina respiratoria.
Gold de igual manera tenía un café en su otra mano, por lo que dio un largo sorbo a este. Cuando pasó el líquido por su garganta, miró el perfil de su amiga. —¿Y que hay de nuevo?
Meg se encogió de hombros todavía tomando de su café. — No hay nada nuevo, está igual que siempre.— dijo teniendo su mirada fija en el muchacho. — Le he platicado unas cuantas cosas pero no se ha movido... ni siquiera le cambió el ritmo cardiaco.— dijo con un aura de decepción. Gold soltó aire por la nariz y asintió volviendo a su antigua acción: tomar su café.
El silencio reinó unos segundos hasta que la de pelo blanco volteó su cabeza a su mejor amigo para hablar.— ¿Crees que estamos esperando en vano?— dijo en un susurro.
—No lo sé... quiero pensar que no.— respondió Gold, ahora siendo él quien dirigiera su mirada al castaño en cama.— Es un chico fuerte, va a salir de esta.
Meg asintió estando de acuerdo con Gold. Otra vez silencio.
Ambos adultos jóvenes se quedaron en sus propios pensamientos por un momento, hasta que al de mayor estatura se le ocurrió una idea: encender la televisión.
El aparato al ser encendido tuvo un pequeño momento de estática, y cuando esta pasó, el rostro de una mujer muy atractiva se hizo visible en la pantalla.
« En las últimas noticias: El buscado asesino Alfred Blackbear sigue en el hospital comunitario en una habitación aislada de los demás pacientes. A pesar de que este criminal se encuentre paralizado de pies a cabeza, la seguridad del hospital incrementó en un 50% después de haberlo recibido. Por otro lado, en este mismo hospital, se encuentra el único sobreviviente de Alfred Blackbear: Un joven de 23 años que fue víctima de las atrocidades del asesino por casi 8 meses; Fredderick Fazbear. La policía local no le ha permitido a ningún reportero pasar al edificio para ver el estado del joven, pero fuentes confiables aseguran que la víctima se encuentra en un coma inducido »
Gold gruñó por lo bajo y apagó de golpe de televisión. — Malditos periodistas.— Meg no dijo nada, su vista seguía en la pantalla, ahora, apagada.— Jamás mencionan a Golden...— dijo apretando el control en su mano. — Él también sufrió, también fue una víctima. ¿No merece ser reconocido y tener luto?
—Gold...— dijo Meg en un suspiro cansado.— Recuerda que tu familia pidió a los medios que no se hablara de él... Pagaron miles para que su rostro no saliera en las noticas.— dijo con obviedad y dando otro sorbo a su café tibio.