Vore, TFs +Monsters

La colmena

Entre los vastos bosques de las montañas se encontraba un pequeño goblin, que a diferencia de los demás de su especie este era de un linaje mucho más valiente y atrevido ante cualquier circunstancia que se le pusiera en frente, aquel que no buscaba esconderse más que enfrentar el peligro. Durante semanas este había estado en una búsqueda continua ante el paradero de su hermana quien había desaparecido sin dejar rastro alguno a excepción de sus últimas pisadas en un charco de lodo lo cual fue suficiente como para motivar al pequeño goblin a seguirla, el pequeño pensó y atravesó entre árboles y cerros para poder ayudar a su hermana a volver a su pueblo donde estarían a salvó cuando la búsqueda terminará.

Un día el goblin se percató de que en cierto momento se había perdido del camino que recorría el cual lo termino llevando a una cueva, este al ver el cielo oscurecer decidió adentrarse mientras que con un pequeño hechizo que aprendió de un libro robado de los humanos logro prender una pequeña llama de fuego el cual comenzó a seguirlo tras los oscuros caminos de aquellas paredes rocosas. Poco a poco se adentraba en esa estructura natural tan curiosa el cual parecía estar hecha para que cualquier animal entrara allí tanto grande como pequeños incluyendo aberturas dónde se podría escurrir en caso de requerirse esconderse.

El goblin camino con cuidado de no perderse mientras marcaba con barro pequeños tramos para orientarse, en un momento dado un olor familiar se había impregnado en el aire, el edor de su hermana lo acercaba más y más al punto de hacerlo correr hacia aquella dirección donde emitía y olvidandose de seguir marcando los caminos. Corrió hasta parar y toparse con una telaraña que comenzó a sacudir de su cuerpo, las paredes se ayaban impregnadas de estas mientras más se adentraba, más tela se encontraba hasta llegar a una caverna completamente amplia y gigantesca, la cantidad que había recorrido hacia abajo era tal que no podía imaginarse como era posible que el espacio que tenía era posible como para Llácer en una cueva. Pero lo que más le sorprendió y aterro, era las cantidades exorbitantes de telarañas, enredaderas impregnadas en estalactitas y rocas en dónde se encontraban numerosos capullos de tela atrapadas en redes gigantescas, la mayoría yacían inmóviles, otras parecía retorcerse asustadas y otras parecía tener la forma de animales comunes que se cazaba, solo que ahora parecía que las presas llegaban a ello que sea lo que fuera que vivía allí, era obvio que se trataba de una araña gigante.

El goblin desesperado se lanzó más profundo oliendo detenidamente para poder encontrar a su hermana entre los montones de capullos de tela las cuales parecían enprisonados, otros les sobresalían patas de los costados y otros tenían los rostros descubiertos, con la mirada en blanco y respirando profundamente, entre ogros, humanos, elfos y otras especies yacían atrapadas en estos capullos y con ello la ansiedad comenzaba a invadir en el ambiente, el goblin debía apurarse si quería rescatar a su hermana.

-Hermana, dónde estás!?- pregunto el goblin desesperado

-oh, pero que tenemos aqui-

Una voz hizo eco en el lugar, el goblin sorprendido volteo para todos lados hasta que sintió que había pisado algo duro y posteriormente viscosos, se giró y presenció cómo había roto un huevecillo con su pie el cual hacia pegado entre miles, esto realmente aterro al goblin haciendo que sacará su daga.

Los huevecillos se extendían desde el piso hasta el techo donde se mantenían pegados como hongos rígidos y casi rocosos los cuales eran caracterizados por una blancura descolorida y transparente dónde se veían varias siluetas de arañas hacer en estás, el goblin trato de calmarse mientras buscaba con la mirada aquel rastro de la voz resonante entre ecos que se dirigía hasta el, una voz de una mujer adulta, escalofriante y lugubre como el de un espectro, caminando encendio más llama de fuego que volaban a su alrededor para poder vislumbrar más el área hasta encontrarse con algo más aterrador que antes.