Mañana Lluviosa

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La lluvia hirviente caía sin piedad. No parecía haber señal de que fuera a detenerse.

No había forma que llegara a Hexside sin ser empapada, y claro estaba que no deseaba morir de aquella manera.

Suspiro, mientras su mirada se fijaba en el cielo lluvioso. Quizá si se hubiera levantado un poco más temprano no habría acabado así, atrapada entre los árboles, llegando tarde a clases.

Una figura dorada revoloteo sobre ella, no había alcanzado a distinguir de que se trataba pero se puso alerta.

Lo que menos quería en ese momento era algún ataque de alguna criatura, ya sería el colmo de su mala suerte.

Lo noto descender y se quedó pasmada cuando pudo distinguir por fin la figura.

La capa tras de él, la máscara ocultando su rostro.

¿Que no era el guardia dorado? La mano derecha del emperador, la persona de la que Luz les había hablado.

Se tensó de inmediato, sin saber qué esperar. No es como si pudiera correr con la lluvia rodeandola.

—Disculpe señorita. ¿Está bien? No debería estar expuesta con la lluvia hirviente.

Su voz le llegó amortiguada a través de la máscara y el caer de las gotas.

Se le quedó mirando ligeramente desconcertada, su voz sonaba tranquila y amable, nada de lo que había esperado.

Aunque claro, ¿Porque habría de ser hostil? En realidad él no sabía que era amiga de Luz. Para él era simplemente una estudiante de Hexside atrapada por la lluvia.

—Ah... Si, iba camino a la escuela pero— señaló el cielo y le dedicó una sonrisa apenada— Creo que me perderé las primeras clases.

Se había relajado casi al instante, al parecer percibiendo que no estaba en peligro, pero era difícil saberlo, no podía ver su rostro, no sabía que estaría pensando sobre ella.

—Debería tener más cuidado, podría terminar con quemaduras graves— Había un par de puntos rojos en la piel de Willow, lugares en que alguna gota cayó de forma inevitable, ni siquiera ella lo había notado realmente.

Se sintió repentinamente avergonzada, debía de verse como un completo desastre ante sus ojos.

—Si, lo siento, perdí la noción del tiempo, umm... gracias por el consejo.

Se quedaron en silencio sin nada más que decir. Willow no estaba segura de cómo abordarlo o qué más preguntar, ni siquiera sabía porque se había acercado a auxiliarla.

—Bien, yo... Tengo que regresar al patrullaje pero, Puedo llevarte si gustas. Si permaneces bajo la capa la lluvia no podrá dañarte.

Parpadeo un par de veces tratando de asimilar sus palabras ¿Había entendido bien? Se estaba ofreciendo a llevar y a cubrirla de la lluvia.

Willow no sabia que pensar, Luz le dijo que no era tan malo, pero si engreído y fastidioso. Ella no estaba viendo nada de eso.

—Si no es mucha molestia.

—No, en lo absoluto.

Su bastón artificial apareció ante ella. Tenía mil preguntas en la mente pero pensó que sería descortés y arriesgado.

Se montó detrás de él, dejando que acomodara su capa sobre ella.

Tuvo que sostenerse de su torso para no caer, era difícil mantener el equilibrio con la capa sobre ella de esa manera.

Lo noto tensarse cuando sus brazos estuvieron alrededor de él, la joven bruja recordó que detrás de aquel uniforme había un chico de su misma edad, era todo tan extraño.

Volaron en silencio, las gotas de lluvia golpeando contra la capa, protegiéndola de quemaduras.

Por un momento se pregunto que diría Boscha si la viera llegar a Hexside junto al mismísimo guardia dorado, una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro.

Pudo sentir como descendían después de un rato de vuelo. El manto que la cubría fue retirado, encontrándose en la escalinata de la entrada de la escuela.

No había nadie más afuera, seguramente todos en clase o refugiándose de las quemaduras.

—Muchas gracias, ah.. ¿Señor guardia dorado?— Era extraño decirle señor al saber que era alguien joven, pero debía disimular.

Hubo una ligera risa escapando de sus labios, pero de inmediato lo disimulo, volviendo a su faceta seria.

—No es nada, tenga más cuidado ¿Señorita...?

—Willow, Willow Park.

—Un placer.

No dijeron nada más. Lo vio emprender el vuelo de regreso, su capa ondeando tras de él, dándole un aire imponente.

No estaba segura de lo que acababa de ocurrir, pero la perspectiva del Guardia dorado que le había dicho Luz cambió un poco para ella.

Quizá solo fue su suerte, pero estaba agradecida por su gesto.

Huntlow Flufftober 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora