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-Maldita suerte-. Musito, desde hace rato que había llegado, se tuvo que levantar más temprano para calmar sus nervios, y que mejor que ir a correr. Más ya eran las 8:30 y el Omega de alas no había llegado.

-Le pedimos una disculpa en nombre del señor Keigo-. Al parecer su secretaria o algo así, fue quien lo recibió, y le dijo que en breves minutos llegarías, más esos minutos ya eran muchos. Solo Sonrio, se veía que estaba nerviosa, su madre siempre le dijo que cambiará ese semblante tan serio, hacia parecer que tenía problemas de irá.

No tuvo más que esperar era lo único, minutos después la puerta principal de las oficinas se abrió y ahí estaba.

-Buenos días Sr. Bakugo, lamento la tardanza, el día de ayer le llegó una llamada a las 7, espero que si allán sido puntuales-. Llegó Keigo, estaba algo fatigado.

-Buenos días...si, me dijeron que me llevaría antes de las 8, y son 10 para las 9, ¿Abra problema?-.

-No claro que no, yo les explicaré, vamos, nos esperan-. Salió de su oficina, detras de el iba Katsuki, llegaron a la calle, se sorprendió al ver el camioneton que conducian el Omega. -Adelante suba-. Katsuki solo veía con...no se extrañes, o algo parecido, la puerta del copiloto se abrió por si solo. -No tenemos mucho tiempo....suba-. Dijo Keigo, Katsuki se subió, más todo el camino iba algo nervioso, no quería ensuciar el asiento o algo parecido, ese día se había arreglado bien, muy bien, contemplado su típico traje que usaba en las Migth, ese traje que le quedaba muy grande, parecía un viejo obeso por como le quedaba. Ahora llevaba uno más a su talla, el espejo, ese pequeño que está debajo de las paletas, ahí donde algunos lo usan para maquillarse. Estaba abajo cuando llegó, pudo verse directamente.

(Hacia mucho que no me vestía así). Se veía en el espejo. (Me estoy asiendo viejo). Entre muchos pensamientos, se le olvidó que iba con su...pase al éxito. El Omega solo sonreía, nunca había visto a alguien tan concentrado en si. Apretó un pequeño botón que hizo que las luces LED alrededor del espejo se encendieran. Katsuki rápidamente subió el espejo. Ninguno de los dos dijo nada, despues de eso, Katsuki se recargo a la puerta. Desde ahí se sentía importante, como si fuera parte de una familia de la alta. En poco tiempo llegaron a su destino.

-Bienvenido Sr. Keigo, lo esperan-. Pasaron por la caja. O así decía en la entrada del estacionamiento. Pasaron de la barra, dentro de esos muros estaba un sin fin de personas. -Okey, escuché, lo llevaré a la recepción, ahí le dirán todo, este es mi numero-. Le dió una tarjeta de presentación, mientras estacionaba su carro. El Omega se bajó, y Katsuki igual, había gente que los miraba, podía sentir diversas miradas sobre el. Pero , lo más extraño es que no lo veían como bicho raro, si no, con respeto. Saludaba conforme encontraba a la gente y extrañamente le respondían con al misma actitud. Dentro del edificio era más grande, se podía ver a mucha gente bien vestida de un lugar a otro, hasta las personas que hacían la limpieza iban bien vestidas. Subió junto a Keigo al elevador, marco el piso 34, del edificio.  En cuanto llegaron, estaba en silencio, se diriguieron a la recepcionista.

-Buenos días....ya llegamos-.

-Bienvenidos sean, los esta esperando-. Hablo amable la chica, le sonrio a Katsuki, de una manera amable. Sigio al Omega, pronto llegaron a una puerta de color café. Tocó ligeramente está.

-Bueno...le deseo suerte-. Dijo Keigo, palmeando ligeramente la espalda del rubio. La puerta fue abierta. Un chico fue a abrir, en cuento la abrió invito a Katsuki a pasar.

-Compermiso-. Dijo Katsuki entrando a dicha oficina, si el silencio afuera era de cementerio, ahí dentro era más.

-Sientese-. Le dijo el hombte que estaba del lado contrario del escritorio blanco. -Katsuki Bakugo..¿Cierto?-. Levantó la mirada, asegurando sus teorías de Katsuki.

Asistente Personal. //BakuDeku// Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora