¿Más que amigos? (winnysatang)

Capítulo 10

Salí prácticamente corriendo hacia los baños, mojé mí rostro con algo de agua para intentar olvidarme de todo y suspiré mientras mí mirada se paseaba por el espejo.

"Cobarde"

Esa palabra resonaba en mi cabeza una y otra vez. Cerré los ojos y despeiné ligeramente mi cabello al jalarlo con fuerza, en un intento de borrar aquellos pensamientos.

Escuché pasos apresurados que anunciaban la entrada de alguien en el lavabo por lo que abrí los ojos, devolviendo mi mirada al cristal, y limpié una lágrima que no sabía que había caído por mi mejilla derecha.

Estaba hecho un lío.

Tendí mis manos hacia el lavabo, dejándolas bajo la tibia agua mientras que miraba de reojo, a través del cristal, la puerta del servicio público.

Vi que la persona que había entrado no era ni más ni menos que Satang, por lo que un escalofrío me recorrió y la única parte funcional de mi cabeza sólo pudo decirme que hiciera cómo si no lo hubiera visto.

Miré mis manos, cómo si fueran lo más interesante del mundo, huyendo de lo que suponía enfrentar a Satang ahora mismo.

—"¿Por qué te has ido así de repente?" —preguntó él, lo miré a través del reflejo del espejo y vi la confusión en su rostro—

Y ahí está, por eso quería huir. ¿Cómo se suponía que iba a contestarle a eso?

—"Solo... Necesitaba ir al baño" —exclamé, sabiendo que probablemente esa fue la peor excusa que podría haberme inventado—

Él suspiró.

—"¿Qué te ocurre?" —preguntó rompiendo el silencio que se había implantado—

—"Estás raro últimamente" —volvió a mencionar al ver que no obtenía respuesta de mi parte—

Esta vez fui yo el que dejó escapar un largo suspiro. Harto de todo esto me obligué a ser impulsivo y decirle la verdad de una vez por todas.

—"Lo que pasa es que me gustas. Te besé ese día sin tu consentimiento y estuvo mal. Lo siento. No debí hacerlo, somos amigos y no debería de sentir esto por tí "

Mi corazón se contrajo y mis piernas comenzaron a fallarme de los nervios.

>> Pero aún así no puedo evitar pensar de esta forma en tí. Lo siento, lo intenté. Intenté verte como un amigo pero no puedo. No puedo fingir que mi corazón no se altera cuando estoy contigo porque inevitablemente lo hace.

Solté aquellas palabras y bajé mi mirada al suelo, contemplando mis zapatos con falsa atención.

De repente sentí una mano tomar con algo de brusquedad mi mentón, levantándolo levemente. Satang acercó mi rostro al suyo y plantó sus labios sobre los propios.

Mi mente colapsó en ese momento, parpadeé varias veces tratando de asimilar lo que estaba sucediendo y procesando también que realmente estaba pasando, que era real.

Que Satang estaba besándome.

Él solo dejó sus labios quietos sobre los míos, sin hacer ningún movimiento, como esperando una respuesta de mí parte. Al ver que yo no hacía por corresponderle el beso se separó ligeramente de mí rostro, pero no lo suficiente, pues lo tomé de la nuca y lo acerqué de nuevo hacía mí. Esta vez besándolo sin miedo.

Él no me había dado ninguna explicación ni me había dicho lo que sentía por mí pero con ese beso me di cuenta. Él me quería de la misma forma en la que yo lo quería a él.

Estaba besando al chico que con tan solo una mirada ponía mi mundo y mis sentimientos patas arriba. Realmente no podía creerlo, mis manos sudaban y podía sentir mi corazón revoloteando en mi interior.

Lo tomé de la cintura, pegando su cuerpo al mío, y lo besé con más intensidad. Probando y disfrutando del sabor de aquellos labios no tan nuevos.

Todo estaba ajeno a nosotros, no me importaba nada más en ese momento, solo me concentré en él y en la sensación de tener sus labios sobre los míos. En él y en la sensación de tener su aliento chocando contra el mío. Me gustaba.

Me gustaba mucho.

Me gustaba él, y me gustaban sus labios.

Al cabo de unos segundos él se separó lentamente de mí para luego acercarse de nuevo y juntar ambas frentes. Cerré los ojos cuando noté su aroma inundarme de nuevo, dejando un casto beso sobre mis labios.

—"También me gustas. Más que como un amigo, y está completamente bien"

Y con esas palabras en mente me lancé a besarlo con cariño, queriendo sentir sus labios sobre los míos de nuevo.