Don't cry (Neuvillete x wriothesley)

Last memory pt1

"Tu corazón es fuerte igual que tu determinación, lograrás aquello que yo nunca pude, salvarás a los seres que más amas y protegerás con honor aquello imposible para mi"

"No tomaré tu lugar"

"Sé que escogerás la mejor decisión Neuvillete, tu eres todo lo que tiene esta nación. Aún si mi cuerpo y alma no ascienden, aún si mis acciones del pasado me persiguen y mi decisión actual falla, por favor salvalos"

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–  ¿Entonces?

– Desconozco la posición de mi arconte, el estado actual de su poder, así como donde se encuentre su gnosis.

– Pensé que eras su favorito, pero naturalmente sigues siendo uno más de sus actores. Por favor, piensa de forma lógica ante todo esto. Ninguno de ustedes está preocupado por este lugar.

– ¿Y de casualidad usted si lo esta señorita?

– A diferencia de ustedes, yo si tengo por quien velar juez supremo.

Un silenció profundo inundó la sala en que ambos se encontraban y aunque las palabras de Neuvillete eran justas, impecables y consistentes, no podía ocultar que tenia información que no debía revelar.

– Finalmente usted lo sabe, todos caeremos y ella dejará de huir, luchará sola. – Arlecchino se levantó se su asiento y se dio paso a la salida. – El tiempo sigue corriendo – Señaló al gran reloj de la sala – Hay que tomar una decisión.

Al abrirse las puertas Wriothesley mostró indiferencia por La Sota e ingresó inmediatamente a la sala donde Neuvillete aún yacía sentado. En la mente de aquel dragón se repetían una y otra vez las palabras de la arconte Focalors, remitiendo sentencia sobre su conciencia.

– ¿Qué sucede con esa señora? ¿Sigue buscando a su mejor amigo Nobile o quizás la Gnosis de tu arconte?

– Solo busca respuestas de preguntas que todos tienen.

– ¿Preocupada por la profecía?

Neuvillete miró directamente a los ojos de quien se encontraba frente a el, curioso y atento a sus palabras. El menor se asombró un poco al notar como los ojos del juez supremo desprendían un brillo hermoso y acercó una de sus manos a su mejilla para acariciar su rostro, aquel fuerte hombre, aquel viejo y majestuoso dragón que había nacido como humano, lo tenia solo para el, su leal y gran amor era justo la eternidad que ambos perseguirían hasta el final.

– Esto terminará Wriothesley, quizás muy pronto o muy tarde para nosotros. – Neuvillete miró al reloj que ahora marcaba las 10 de la noche en punto.

Sin saberlo, la nación se preparaba para el final que los dioses habían elegido para ellos, sin dolor, rencores o juramentos vanos, las ultimas horas de Fontaine escribían hermosos momentos para cada familia, pareja o ser solitario. Neuvillete se levantó de su lugar siendo seguido por aquel carcelero que parecía haber olvidado su puesto actual.

– Por favor, espera aquí unos minutos. – Se detuvo frente a el – Por favor.

Wriothesley sentía que su corazón se presionaba con fuerza mientras el otro se alejaba de el, algo estaba sucediendo en ese momento en todo Fontaine y sin duda ambos estaban involucrados. Algunos minutos pasaron cuando Neuvillete regresó junto a el y le sonrió cálidamente.

– Todo estará bien. – Señaló regresándole la sonrisa.

– Si llamas por mi,  regresaré justo pronuncies mi nombre.

El carcelero se acercó a el intentando esconder su preocupación y lo besó cálidamente antes de que el ruido de la gente gritando  y algunas cosas rompiéndose inundaran la ciudad. Para ambos era casi imposible poder separarse, Neuvillete sostuvo suavemente el cuello del otro y juntos comenzaron a incrementar la pasión y velocidad del beso, el tiempo que tenían juntos se estaba terminando, pero sabían que aquellos momentos no morirían tan fácilmente después de soltarse. Tocar la luna en ese momento podía compararse con el fondo del mar si de su egoísmo dependía el futuro de una nación.