IX

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Hace mucho que no veía a Martín, querido diario.

Y si no fuera por Sergio que me mantiene informado sobre él, incluso hasta me preocuparía. Pero anoche, en la madrugada, cuando me quede con mi hermano él se presentó en la habitación. Invitándome en silencio a salir.

Por eso mientras caminábamos por los solitarios pasillos en silencio, para ir a nuestro lugar para fumar. Podía notar la manera en la cual sus hombros estaban mucho más delgados que antes. Sus pómulos marcados, al igual que esas ojeras oscuras que enmarcaba esa mirada azul cansada.

Ajustando mucho más ese enorme suéter gris a su cuerpo, él sacó su cajetilla de cigarros y me ofreció uno que rápidamente acepte. Frotando sus manos, mientras intentaba prender el encendedor, Martín sonrió cuando vio que yo se lo sacaba de entre sus dedos y lo encendía frente a él. Dándole una profunda calada a su cigarro para encenderlo, él asintió agradecido.

Sin darse cuenta la manera en la cual yo mire ese chillón encendedor amarillo y azul, con un escudo de un equipo de futbol, antes de guardármelo en el bolsillo rápidamente para que no se diera cuenta.

Debó confesar, que no lo pensé mucho cuando tome su nuca y lo acerque hacia mi rostro para encender con su cigarro el mío. Pero la carita de sorpresa que rodeó sus fracciones, fue un poema.

Tras borrar la sorpresa de su rostro, Martín se aclaró la garganta un poco antes de cubrir su cabeza con su capucha y decir en forma de un susurro suave. "Él no es mi novio. Solo estaba jodiendo." ¡Como si eso me importara!

Él debió reconocer la molestia sobre mi rostro, porque rápidamente sonrió con es risita confiada y burlona. ¡Lo deteste! Cosita egocéntrica. Sin embargo, mi molestia se fue cuando noté la mirada pensativa que cubrió sus ojos por un momento.

Soltando un poco el humo, lo escuche decir con su mirada puesto en ese nublado cielo cubierto de contaminación lumínica. "¿Te cuento algo? Es cierto que Mirko no es el novio, que te comente...La persona de que te hable, no está acá en España. Está en Argentina. De hecho, ni siquiera es mi novio, pero es una persona muy importante para mí...". Quizás mi silencio, le permitió hablar, porque inmediatamente después agregó con sus ojos cerrados y su cabeza apoyada cómodamente contra la descascarada pared a su espalda: "Esa persona, es mi mejor amigo. A mis padres no les agrada mucho, por su posición socio económica y porque es un par de años mayor que yo, somos de mundos muy diferentes..." Me confesó mientras yo sacudía las cenizas de mi cigarro. 

"¿Él sabe qué estás aquí?" No pude evitar preguntar, con curiosidad. Todo lo referente a Martín era un misterio que me gustaría resolver.

Soltando una risita divertida, él simplemente me miró y dijo con completa sinceridad. "No, nunca le dije, y espero que nunca lo sepa..." Susurró suavemente, con una mueca extraña. Mostrándome una sonrisa dulce y cálida, me confesó con lo que parecía ser un nudo de nostalgia atorado en su garganta. "Fue una persona muy importante para mí, me ayudó mucho. ¿Y sabes qué es lo más gracioso? Que él nunca me pidió nada por eso, y me dio mucho más que las personas a mí alrededor. Su nombre es Diego, pero le dicen "El pollo". Y nunca más podre volver a verlo... ¿Gracioso, no?".

Dónde Martín encontraba lo gracioso en eso, no lo sé. Pero en esos momentos no pude evitar sentir alegría por ese dato de que él jamás podrá volverlo a ver, aunque sabía que eso me hacía un ser miserable.

"Pollo" o cómo te llames, no te conozco pero por alguna razón que desconozco, te odio. 

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⏰ Última actualización: Oct 26, 2023 ⏰

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El chico de ojos azules. [Berlermo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora