El chico de ojos azules. [Berlermo]

V

"¿Querés que te confiese algo, querido diario?"  (Con la tonada con la que seguramente te lo preguntaría, el chico qué conocí hace poco.)

He estado pensando en esa noche,  a lo largo de la semana. Mucho. Lo cual es llamativo, no tiendo a darle tanta importancia a las cosas que me suceden últimamente.  Mi vida, mi espíritu, se ha vuelto una pelicula muda en la que solo existo, por mero capricho,  como un extra sin importancia.

INACEPTABLE. Para alguien cómo yo qué está acostumbrado a llamar la atención, todo lo posible.

Esa noche, cuando Martín con toda la confianza del mundo me invitó salir a fumar afuera, a espaldas de las enfermeras y el personal del hospital.
Fue como si me hubiera reencontrado con una parte que hace tiempo había perdido.

Me sentí como el viejo Andrés.

Tal cómo sospechaba, Martín tenía mi edad. Físicamente, inclusive se veía un poco más joven. Mentalmente, parecía tener mucho más años que cualquier profesor o adulto que me hubiera podido encontrar.

Era inteligente, brillante y con un carácter extrovertido qué te obligaba a mirarlo, qué te negaba a apartar la mirada de él.

¿Era eso lo que sentían las personas al mirarme?

Porque, sí. Ambos éramos parecidos o eso lo demostró la manera en la cual,  no se nos complicó nada establecer una conversación tras otra.

Estaba fascinado con él. Debo confesarlo.

Era un chico que le gustaba la música, la física, las matemática. Pero no por eso, no demostraba que le interesaba aprender de arte y cultura. Cosas que a mi me encantaban.

¿Cuándo fue la última vez que hable tanto con una persona?

Pero había algo más en lo que ambos, no coincidamos. 

Martín tenía un tumor en su cerebro, que cada día que pasaba, crecía cada vez más. Y que lo estaba matando, lentamente.

Y mientras que yo me sentía morir lentamente en cada día que pasaba, por la vida que estaba llevando....

Martín, parecía tener cada vez más vida, en cada respiración que realizaba, con esa nariz ancha y pintoresca....