𝐍𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐕𝐢𝐝𝐚

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Capítulo dedicado a: GabrielaCarsolioHern

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Capítulo dedicado a: GabrielaCarsolioHern

Pov Mateo

Estoy tan feliz de que Melody haya aceptado, yo lo único que quiero es poder hacerla feliz, poder darle todo lo que se merece.

Quiero poder lograr que olvide lo malo del pasado, que olvide el sufrimiento por el que su padre la hizo pasar todos estos años.

—Solo que tengo una condición —pronunció.

—Claro bebé, dime —con tal de que esté a mi lado aceptaré lo que ella quiera.

—Aceptaré que seas mi Daddy —al escucharla no pude evitar sonreír—, pero no quiero usar pañales, no quiero nada de mamilas, tampoco que seas tú el que se encargue de vestirme, ducharme y todo a lo que de aseo personal se trate —dictaminó firme.

Debo confesar que su condición no me gusta, pero por tenerla a mi lado aceptaré todo lo que ella quiera. Porque estoy decidido a hacer de todo para que decida quedarse conmigo.

He esperado mucho tiempo para tenerla a mi lado y ahora que lo he conseguido no la dejaré ir tan fácil. Haré que se enamoré de mi, haré hasta lo imposible para que decida quedarse.

—Está bien bebé, lo que tú quieras —acepté.

—Y una cosa más, no quiero dormir en una cuna —agregó, mirando hacia la susodicha con el ceño fruncido.

No pude evitar reír por su acción —bien bebé, no dormirás en una cuna si así lo deseas.

Asiente regresando su mirada a mi.

—Bueno, estando todo aclarado es hora de ir a comer. Me imagino que debes estar con hambre ya que no has comido nada —justo termino de hablar y el estómago de mi bebé suena provocando que sus mejillas se tiñan de rojo, río levemente —tomaré eso como un si.

Tomando a mi bebé en brazos me encamino hacia las escaleras con rumbo a la cocina, con cuidado la dejo en una de las sillas que se encuentra en la isla de la cocina.

—¿Qué quieres comer bebé? —pregunto mientras enciendo la estufa.

—Hot Cakes —reí por la forma tan emocionada en la que lo dijo.

—Está bien bebé —dejo un beso en su frente y me dispuse a preparar la mezcla.

—¿Qué te parece si jugamos a preguntarnos cosas?, p-para... conocernos, ya que vamos a vivir juntos —me giro a ella para mirarla, ella mantiene sus hermosos ojos miel fijos en mi.

—Me parece bien —acepto regresando mi atención a la cocina para vertir la mezcla en la sarten.

Lo que Melody no sabe es que yo sé todo de ella, aun así por obvias razones no diré nada, no quiero asustarla.

—¿Qué edad tienes? —cuestionó.

—Tengo veinte años —contesto sin importancia —¿y tú bebé?.

Claro que sé su edad, pero debo hacerme el que no sabe nada.

—Tengo diecisiete, pronto cumpliré dieciocho —al escucharla decir lo último me giro en su dirección para mirarla.

Es verdad, mi bebé dentro de poco cumplirá los dieciocho.

—¿Cuando los cumples? —me acerco recargando los codos en la isla de la cocina.

—El 20 de noviembre —contesta tímidamente bajando la mirada evitando mi mirada.

—Ya es el otro mes —murmuro.

Regreso para terminar de hacer el almuerzo.

—¿Algo más que quieras saber bebé? —inquiero sirviendo la comida en los platos.

—¿Cuál es tu nombre completo? —preguntó.

Con el almuerzo ya listo, me giro colocando su plato de Hot Cakes con frutas y chocolate frente a ella junto a un vaso de jugo. Ella ve con emoción el plato.

—Muchas gracias Mat... digo Daddy —se sonroja bajando la mirada.

Río dejando un beso en su frente para acto seguido sentarme a su lado con mi plato.

—Déjame presentarme adecuadamente —ella me ve confundida —Mucho gusto, mi nombre es Mateo Richardson.

Extiendo mi mano hacia ella la cual estrecha con una sonrisa divertida.

—Melody Cibrian mucho gusto —se presenta.

Llevo su mano a mis labios para dejar un beso en el dorso provocando que ría, siento mi corazón acelerarse al escucharla reír. Mi bebé, pronto podrás dejar atrás el miedo, podrás disfrutar de la vida sin temores.

No sé cuanto tiempo pasó en el que me perdí en sus hermosos ojos miel, pero soy regresado a la realidad gracias a su melodiosa voz.

—Meteo, ¿Meteo estás bien? —acuna mi mejilla derecha con sus ojitos fijos en mi, me pierdo en su cálido toque. Tomo su mano para besar su palma y acariciar su suave mejilla.

—Estoy tan feliz que estés conmigo bebé —no pude evitar decir, ella solo me veía con sus mejillas rojas y su ceño levemente fruncido haciéndola lucir tierna.

Inevitablemente mi mirada viaja a sus labios, tengo unas inmensas ganas de besarla, desde el primer día que la vi tengo el deseo de probar sus carnosos labios.

Dejo su mejilla para acariciar sus labios con mi pulgar haciéndola estremecer ante el contacto, tiro de su labio inferior hacia abajo separandolos.

Quiero besarla...

Melody... mi hermosa Melody, desde la primera vez que la vi no he podido sacarmela de la cabeza. Su imagen vive en mi mente, sus brillantes ojos miel, su largo cabello rizado, su suave piel. Todas las noches imaginaba como sería de mi vida si ella estuviera presente, imaginando una vida a su lado.

Pero jamás imaginé que esa hermosa y dulce niña hubiera sufrido tanto.

Cuando me enteré que su padre la a maltratado durante tantos años el enojo se apoderó de mi, quería partirle la cara por atreverse a ponerle una mano encima. Así que me dispuse a hacer todo lo posible para tenerla conmigo y poder cuidarla.

El día que me la encontré en la cafetería y vi su lindo rostro con moretones y golpes el odio hacia el infeliz de su padre solo creció.

Mi pobre bebé ha sufrido tanto, no puedo imaginar el infierno que debió vivir todos estos años, me rompía el corazón de solo imaginar lo que debió aguantar por culpa del maldito vicioso de su padre.

Trago grueso, debo resistir la tentación, no quiero asustarla. Aparto mi mano de sus labios y rostro.

—Vamos bebé, comamos —expuse desviando la mirada de sus labios al plato de comida.

—Mmm, ¡está delicioso!, gracias Daddy —rodea mi cuello dejando un beso en mi mejilla tomándome por sorpresa.

Ella parece darse cuenta de lo que acaba de hacer ya que rápidamente me suelta bajando la mirada.

—Me alegra que te guste bebé.

𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora