𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲

𝐍𝐮𝐞𝐯𝐚𝐬 𝐒𝐞𝐧𝐬𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬

Pov Melody

Ya era de noche y me encontraba viendo la televisión. Estaba entretenida mirando la pantalla que no me di cuenta que alguien se sentó a mi lado hasta que lo escucho hablarme.

—Bebé, es hora de dormir ya es tarde —no hice caso, solo lo ignoré y continué viendo la película.

De un momento a otro él me tomó del mentón con algo de fuerza haciendo girar mi rostro bruscamente, abrí los ojos en señal de sorpresa por su acción.

—Cuando te ordeno algo tú obedeces de inmediato ¿entendiste? —alzó la voz mirándome con una mirada oscura que daba miedo, me hizo temblar bajo su agarre.

Aún no podía creer que siendo tan joven pudiera intimidar tanto, me hacía sentir pequeña e indefensa.

—No te escuché —apretó levemente mi mentón.

—Sí —pronuncié por lo bajo.

—¿Si qué? —cuestionó serio sin apartar su fija mirada de mi.

—S-Sí Daddy —contesté con la voz temblorosa.

—No me hagas repetir las cosas dos veces Melody, o te tendré en mis piernas y te daré unos buenos azotes —advirtió firme, haciéndome temblar y tragar grueso.

—Sí Daddy —asentí frenéticamente, nerviosa y algo temerosa por la forma en la que lo dijo y como salió su voz.

—Bien bebé, ya es hora que vayas a dormir —dejó un beso en mi mejilla, luego tomó el control de la televisión para apagrala y tomarme en brazos como si de un bebé se tratara.

Conmigo en brazos se dirigió hacia las escaleras, las cuales subió hasta una puerta negra que al abrirla pude ver una linda habitación de paredes blancas y grises, a lado derecho de la habitación hay un balcón, a la izquierda se encuentran dos puertas que me imagino una debe ser la del baño y la otra del closet.

Mateo me dejó en el suelo con cuidado para acto seguido entrar a unas de las puertas, mientras lo esperaba caminé a la cama para sentarme. Minutos después Mateo apareció con una camiseta negra en sus manos.

—Ten bebé —arrugo mi nariz confundida al verlo extender hacia mi la camiseta que al parecer es suya. Él parece notarlo ya que sonríe levemente —para que puedas dormir cómoda bebé, almenos que quieras dormir con eso —señala hacia mi con su barbilla, bajo la mirada recordando que llevo puestos unos jeans blancos algo desgastados y una blusa negra de tirantes.

Sintiendo mis mejillas arder de vergüenza tomo la camisa sin mirarlo para que no note que me he sonrojado.

—G-Gracias —tartamudeo al principio.

¿Por qué sigo tartamudeando?, parezco estúpida.

—No es nada bebé, te puedes cambiar en el baño —con la mano me indica el camino.