Afinidades Secretas: El Destino de Dos Corazones

3. 𝓡𝓲𝓿𝓪𝓵𝓮𝓼 𝓲𝓷𝓿𝓲𝓼𝓲𝓫𝓵𝓮𝓼.

𝔸𝕝 𝕕í𝕒 𝕤𝕚𝕘𝕦𝕚𝕖𝕟𝕥𝕖...

Draco había compartido su noche en la habitación junto a Blaise, donde pasaron horas charlando sobre temas triviales y disfrutando de su rutina nocturna. Draco solía pasar el tiempo con Ginny, compartiendo momentos significativos, antes de regresar a su sala común. Blaise, que había dormido adormilado a su lado, lo abrazó por la cintura en su sueño. Draco, que se había despertado, lo empujó suavemente mientras intentaba encontrar una posición cómoda para volver a conciliar el sueño.

Sin embargo, la tranquila atmósfera de la habitación se vio abruptamente interrumpida cuando Pansy irrumpió como un torbellino, abriendo la puerta de golpe. Pansy, la mejor amiga de ambos chicos, tenía un notable buen humor, lo que no fue una sorpresa para ambos desde que se enteraron de su relación con Hermione Granger, el flechazo de toda la vida de Pansy.

—¡Buenos días! ¡Es hora de despertar, holgazanes! —anunció Pansy, aventándose sobre la cama, provocando que ambos hombres emitieran quejidos en respuesta.

—Pansy, me has roto una costilla —se quejó Blaise mientras apenas abría los ojos.

—No seas tan exagerado, Blaise —comentó Pansy con una gran sonrisa.

—A mí, en cambio, me has dejado sin aire —dijo Draco, frunciendo el ceño al ver a su mejor amiga.

Pansy se levantó de un brinco y, con su característica energía, se preparó para salir de la habitación.

—Ambos son un par de aguafiestas —sentenció Pansy—. Deberían agradecer que los he despertado un tiempo. Nos vemos en el Gran Comedor —anunció antes de salir de la habitación y cerrar la puerta tras de sí.

Blaise y Draco, todavía en un estado de somnolencia, intentaron volver a la cama con la intención de dormir un poco más. Sin embargo, sus intenciones se vieron frustrados cuando Pansy regresó y les lanzó una mirada amenazante.

—Les dije que se levanten, o la próxima vez, usaré el encantamiento Aguamenti para despertarlos —amenazó la pelinegra antes de retirarse nuevamente.

Los dos hombres se quejaron mientras comenzaban a prepararse para enfrentar el día.

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No era novedad para Draco que con cada paso que daba, su "Gema de Afinidad" sonara y brillara con intensidad. Vestido impecablemente en su uniforme de Slytherin, caminaba con elegancia, su cabello perfectamente peinado y una mirada dominante que cautivaba tanto a mujeres como a hombres. Todas las chicas sonreían al ver a Draco, y su amor se manifestaba a través del anillo que llevaba en su mano, donde estaba su "Gema de Afinidad".

Blaise, en cambio, lo miró con un déje de aburrimiento. Su gema también brillaba, aunque no tan intensamente como la de Draco, lo que le causaba una envidia saludable. Cuando entraron al Gran Comedor, su atención se desvío cuando vio a Ron Weasley, su amor platónico. Blaise suspiro, perdido en su enamoramiento.

Draco lo miró con sorpresa, viendo a Ron, quien estaba disfrutando de una pierna de pollo con absoluta indiferencia, sin preocuparse de quién lo viera comer.

—Al menos deberías disimular un poco, Blaise —comentó Draco, bufando, antes de dirigirse a la mesa de Slytherin.

—Es que es tan... guapo —suspiró Blaise, absorto en su enamoramiento.

—Solo para ti —murmuró Draco en voz baja.

Pansy entró al Gran Comedor de la mano de su novia, Hermione. Ambas se despidieron con un beso antes de dirigirse a sus respectivas mesas. Pansy se sentó entre sus dos mejores amigos.