17. 𝓙𝓾𝓮𝓰𝓸𝓼 𝓭𝓮 𝓟𝓸𝓭𝓮𝓻 𝔂 𝓣𝓮𝓷𝓼𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼 𝓢𝓲𝓵𝓮𝓷𝓬𝓲𝓸𝓼𝓪𝓼.

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El Ministerio de Magia estaba inmerso en la rutina diaria, pero un inusual aire de ligereza flotaba en el ambiente. Los empleados de diferentes departamentos susurraban acerca de un espectáculo de comedia mágica que se presentaría esa tarde en el Atrio Principal.

La noticia se había extendido como pólvora, y hasta los aurores más serios y respetados no podían evitar compartir sonrisas cómplices entre ellos. La idea de experimentar magia y comedia en un solo acto resonaba con la mayoría de los magos y brujas, ansiosos por una pausa divertida en su jornada laboral.

Harry, aún sumido en los recuerdos y el tormento emocional de las últimas semanas, recibió la noticia con escepticismo. Sin embargo, la insistencia de sus colegas y subordinados fue abrumadora, y se vio arrastrado hacia el Atrio Principal, donde se desplegaba un escenario lleno de color y magia.

El escenario estaba decorado con globos parpadeantes, y un mago extravagante con una varita en forma de micrófono tomó el centro del escenario. El público se acomodó con expectación, y la atmósfera vibraba con anticipación.

—¡Bienvenidos, brujas y magos, a la noche más hilarante del Ministerio de Magia! —anunció el mago cómico con un tono teatral, provocando risas inmediatas en la audiencia.

El espectáculo comenzó con trucos de ilusionismo que desafiaban las leyes de la física, seguidos de encantamientos cómicos que transformaban a los objetos en criaturas divertidas. Cada hechizo estaba impregnado de un toque humorístico, y la audiencia se entregó al deleite de la magia y la risa.

Harry, a pesar de sus intentos iniciales de mantenerse imperturbable, se vio envuelto en la efervescencia de la actuación. Incluso permitió que una sonrisa se asomara en su rostro, un destello fugaz de alegría que no pasó desapercibido para sus colegas cercanos.

El clímax del espectáculo llegó cuando el mago cómico invitó a voluntarios al escenario para participar en un número de transformación inusual. La multitud señaló a Harry, quien, contra su voluntad, se encontró subiendo al escenario entre aplausos y risas.

—¡Ah, el famoso Harry Potter! —exclamó el mago cómico, provocando risitas entre el público—. Vamos, Harry, únete a la diversión. ¿Alguna preferencia sobre cómo deberías transformarte?

Harry, con una mirada entre divertida y resignada, respondió: —Sorpréndeme, supongo.

El mago cómico realizó un conjuro extravagante, y de repente, Harry se encontró transformado en un pequeño patito de peluche. La audiencia estalló en carcajadas, y el propio Harry no pudo evitar reírse ante su propia apariencia absurda.

El número continuó con más trucos cómicos y participación del público, y Harry se encontró disfrutando de la noche más de lo que esperaba. La magia y la risa se entrelazaron de manera encantadora, ofreciendo un respiro necesario de las tensiones de la vida cotidiana.

Al final del espectáculo, cuando el patito de peluche que era Harry volvió a su forma original, se retiró del escenario entre aplausos y felicitaciones de sus colegas. La comedia mágica había cumplido su propósito: levantar el ánimo y recordar a todos en el Ministerio que, incluso en el mundo de la magia, la risa seguía siendo la mejor poción para el alma.

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Después del espectáculo de comedia mágica en el Ministerio, la energía ligera y risueña persistía entre los empleados. Harry y Draco, cada uno por su lado, se encontraron compartiendo una mirada cómplice en medio de la diversión general.

Con la excusa del buen humor que inundaba el lugar, ambos decidieron dar un paso atípico: intentar ser amigos. Sabían que había una tensión no resuelta entre ellos, pero la comedia de la noche anterior les inspiró a buscar una relación más amigable.

Afinidades Secretas: El Destino de Dos CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora