15. 𝓒𝓸𝓻𝓪𝔃𝓸𝓷𝓮𝓼 𝓕𝓻𝓪𝓰𝓶𝓮𝓷𝓽𝓪𝓭𝓸𝓼.

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Harry observó las noticias en su celular mientras estaba en La Madriguera. Molly tenía una mano en la boca, con una expresión de horror; Ginny se abrazó a sí misma; Ron comía con seriedad, mientras que los gemelos miraban con la misma sorpresa que Harry. La noticia informaba sobre 23 personas muertas cerca del parque Hyde, todas con su aplicación "Gema de Afinidad" encendida pero sin un corazón en ella. Al parecer, habían muerto por la falta de afecto, y este fenómeno se denominó "Gema de Afinidad Zero".

Harry suspiró mientras apagaba su celular y miraba a la familia Weasley.

—No creí que esto de la aplicación se saliera de control —comentó Harry mientras se levantaba de la mesa y se dirigía a una ventana. —En el mundo mágico, esto no hubiera sucedido.

—Te equivocas. Quizás sí hubiera pasado, pero la gravedad sería distinta —dijo Ginny con voz suave.

—Los muggles son más sensibles de lo que parecen —suspiró Molly.

—Aun así, hay dos casos. Tanto las personas que aparecieron muertas cerca de aquí, como las que están en Londres. No es coincidencia que todas hayan muerto por una misma causa —empezó a decir Harry.

—El Ministerio no ha dicho nada y no parece querer ayudar a los muggles —habló Ron.

—Quizás debamos insistir —sugirió Harry.

—No es fácil cuando se trata del Ministerio, Harry —agregó Ginny.

—Mejor que Hermione le diga a Pansy y quizás Pansy le diga a... —Ginny interrumpió a su hermana Fred.

—No lo digas —susurró la pelirroja. —Ni siquiera Pansy sabe dónde está.

—Fingir que no hablan de Malfoy solo los hace más obvios —contestó Harry mirándolos, y todos lo miraron con ojos de disculpa. —Está bien. Él ya es parte de mi pasado, yo...

Cerró los ojos, suspirando mientras un recuerdo lo invadió: Harry llorando en medio del baño de prefectos, sus lágrimas mezclándose con el agua en el suelo. Abrió los ojos con la intención de dejar ese recuerdo atrás y miró a la familia Weasley con una sonrisa.

—Debo ir al Ministerio, pero manténganme informado si notan algo más —dijo Harry, tomó sus cosas y salió de la casa.

La familia se miró entre sí, y Ginny fue quien tomó la iniciativa de salir detrás de Harry. Harry tomó su varita, listo para irse, pero Ginny lo detuvo con una mano.

—Harry, lamento lo de hace rato. Sé que ya ha pasado tiempo, pero aun así no queremos afectarte —dijo Ginny con una sonrisa, intentando ser comprensiva.

—Lo entiendo, Gin, no te preocupes. Gracias.

—Y sobre la otra vez, quizás... ¿vas a posponer nuestra cita otra vez, cierto? —dijo sin dejar de sonreír.

—De verdad lo siento, Ginny. Sí quiero salir contigo, pero... esta situación me mantendrá más ocupado —se disculpó Harry.

—Está bien. Pero tiene que venir en Navidad —sonrió y le dio un beso en la mejilla—. Nos vemos.

Harry le sonrió de regreso, sus emociones estaban en un desorden, que iba desde la emoción hasta la tristeza, y se teletransportó al Ministerio. Salió por la chimenea y se dirigió rápidamente al elevador, pero antes de entrar chocó con una persona.

—Perdón —dijo Harry mientras ayudaba a la otra persona a recoger sus documentos.

—No hay problema —sonrió el otro hasta que alzó la mirada y se dio cuenta de quién era—. Potter —murmuró.

Afinidades Secretas: El Destino de Dos CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora