Capítulo 7

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Tras emerger del hospital, abrumado por un torrente de ira y frustración, Kakashi, astuto como siempre, me instó a desvelar todos los pormenores de lo sucedido. Accedí a su petición, solicitándole de manera exhaustiva cualquier dato relacionado con el hospital y el médico con el que había tenido un desafortunado enfrentamiento. Kakashi, con su tono sereno pero resuelto, explicó que, a pesar de haber realizado una investigación exhaustiva, no poseía ninguna autoridad legal para intervenir. Sin embargo, señaló que yo, en mi condición de pariente directo de Kushina, sí tenía la capacidad de emprender acciones pertinentes. Su compromiso de proporcionarme la información recopilada se manifestó como un bálsamo para mi indignación, una promesa para desentrañar las oscuras verdades y confrontar al infame doctor.

A medida que mi vínculo con Kushina se fortalecía día tras día, la preocupación también se entrelazaba con mis pensamientos. Al examinar meticulosamente los archivos recopilados por Kakashi, me topé con documentos médicos que arrojaban una luz perturbadora sobre el pasado de Kushina en el hospital psiquiátrico. La revelación de que mi madre había sido víctima de maltratos y negligencias desató en mí una ola de indignación que resonó en lo más profundo de mi ser. En busca de apoyo emocional, me refugié en la amistad con Kiba, mi amigo un sabio consejero, me recordó la importancia de no descuidar mi propio bienestar, un consejo que acogí con gratitud.

Siguiendo la sabiduría de Kiba, me aseguré de reservar tiempo para relajarme y recargar energías. Así, con una organización meticulosa, habilidades de priorización y un cuidado personal consciente, logré encontrar un delicado equilibrio entre mis estudios y el apoyo a mi madre en su proceso de recuperación.

Decidido a enfrentarme al director del hospital y obtener la tutela legal de mi madre, planifiqué una audaz incursión en la institución de salud, acompañado por Kakashi y Bee. Nos enfrentamos a la indiferencia del personal y a miradas suspicaces, pero nuestra misión era inquebrantable. El director, confrontado con la cruda realidad que ahora exponíamos, se vio obligado a reconocer la verdad.

-No puedes protegerla- afirmó con arrogancia. -Ella es una paciente, y nosotros somos los expertos que sabemos lo que es mejor para ella.

Mi paciencia se desvaneció.

-No permitiré que nadie más le cause daño- proclamé con firmeza. -Kushina está ahora bajo mi custodia, y me aseguraré de que reciba el trato digno que merece.

Siguió una tensa confrontación, culminando en la liberación de mi madre del hospital y su regreso triunfal a mi hogar. Determinado a proporcionarle el apoyo y amor que le habían sido negados, centré mi atención en su cuidado.

La metamorfosis de mi madre fue evidente. En el ambiente acogedor de mi hogar, su salud se fue restaurando gradualmente. Aunque las cicatrices del pasado aún se reflejaban en su mirada, recuperó la vitalidad que le habían usurpado. Mi hogar se transformó en un santuario donde predominaban la felicidad y la atención cariñosa. Mi madre, agradecida y llena de amor, me miraba con un orgullo que trascendía las palabras. Juntos, superamos las sombras del pasado y construimos un futuro donde la familia y el amor eran los pilares inquebrantables.

Sin embargo, el tiempo, implacable en su avance, no concede indulgencias eternas. Un año después, la salud de mi madre, aunque rejuvenecida, seguía siendo frágil. Una enfermedad silenciosa la afligió, llevándola hacia el inevitable desenlace final. Su habitación, que antes pertenecía a mi padre Iruka, se transformó en un santuario de amor y despedida.

En sus últimos momentos, rodeada de mi afecto y del apoyo de aquellos que la asistieron, se despidió con serenidad. Sus ojos reflejaban gratitud y amor, y su último aliento fue un eco tranquilo que se desvaneció en la atmósfera de mi hogar.

-Si madre...-digo sollozando-. Estoy seguro de que por fin podrás estar con mi padre y dile qu8e todo estará bien. Que yo...que yo estaré bien.

Continuara...

FelinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora