capítulo 3

154 63 15
                                    


No debería estar tolerando esto, pero aquel compromiso que adquirí con Kushina-sama me impide abandonar este lugar.

—Si me convocaste solo para disfrutar de tu risa, entonces me dispongo a marcharme —expreso bastante irritado, dirigiéndome hacia la puerta de esa amplia y opulenta oficina.

—No. Permanece —me solicita cortésmente Nagato.

Un individuo sincero y respetuoso. Alto, de tez pálida, cabello rojo y lacio. Por cierto, un color de cabello bastante distintivo de la familia Uzumaki.

—Lamento si te ofendí, pero... ¡vamos Kakashi! La broma de "El hijo de Kushina aún vive y te lo demostraré" sigue siendo tan hilarante y repetitiva para mí. ¿Realmente no te cansas de buscar impostores?

—No busco impostores —respondo de manera contundente. Mientras Nagato solo me observa para luego suspirar con aire fatigado.

—Vamos, toma asiento —dice invitándome a sentarme frente a su escritorio—. Es inverosímil que un hombre tan perspicaz como tú se pase la vida buscando algo que hace mucho dejó de existir —me sorprendo ante sus palabras, pero luego me recompongo rápidamente, acomodándome en la silla frente a él—. Aunque me sorprendió el hecho de que te dejaras persuadir por Kushina. Ya sabes, una mujer tan excéntrica como ella...

—El hijo de Kushina aún está vivo —insisto con certeza.

—Crees eso porque no te han contado la otra parte de la historia —me contradice.

—No comprendo. ¿A qué otra parte te refieres?

—Verás... Umm... como solo falta una semana para que todos los bienes de Kushina pasen a ser de mi tía, no tiene sentido seguir ocultándolo —levanta su mano para silenciarme—. Te lo diré todo, pero nunca escuchaste esto de mí ¿lo has entendido?

—Entiendo —respondo dubitativo— pero... ¿ocultar? ¿A qué te refieres?

Observo cómo se levanta para dirigirse a un minibar que tiene en su oficina, para luego sacar un vaso y verter en él un poco de hielo triturado y un licor que identifiqué como whisky.

—¿Quieres un trago? Tengo...

—No —le interrumpo—. Estoy apurado así que ve al grano por favor.

—De acuerdo —suspira y parece dudar antes de continuar—. Dado que Kushina nunca estuvo en pleno uso de sus facultades mentales... —hace una pausa para beber y luego prosigue apoyándose en aquel mueble bar—. Le hicieron creer a ella y a todos los de la familia que su hijo había sido dado en adopción, pero en realidad el pequeño pereció apenas nació.

Un silencio se apodera del ambiente. Nagato, observando mi reacción de asombro e incredulidad, añade:

—No tengo razón para engañarte. De hecho, mi padre me reveló la auténtica historia de lo que sucedió con el hijo de Kushina.

—¿Por qué tu padre te confiaría esa supuesta verdad? —interrogo.

—Me es indiferente el motivo de mi padre para confesármelo, pero supongo que su conciencia lo instó a hacerlo. —Hace otra pausa y esta vez regresa para sentarse en su escritorio—. Kakashi, tú solo conoces la versión de Kushina. Aquella que tuvo un hijo y lo dieron en adopción, pero la versión de Kana para todos fue que Kushina se enamoró de un joven inteligente, apuesto, con un gran patrimonio y que a la edad de 20 años falleció en un trágico accidente aéreo. ¿Kushina te habló alguna vez de su enamorado?

—Lo intenté, pero dejé de hacerlo cuando noté que eso desencadenaba sus episodios de locura. Así que sí, solo conozco la versión de Kana Uzumaki. Además, aparte de Minato Namikaze no se sabe prácticamente nada. —respondo sin más.

FelinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora