Capítulo 8

105 49 10
                                    

La majestuosa mansión Uzumaki se erigía frente a nosotros, con sus altos muros y jardines meticulosamente cuidados. En compañía de Naruto y Bee, me encontraba allí, percibiendo el nerviosismo que emanaba de Naruto mientras aguardábamos frente a la entrada. La puerta se abrió con un crujido, revelando a dos ancianos sirvientes, Homura y Utatane, cuyas miradas despectivas se posaron sobre nosotros.

—¿Amigos tuyos, Kakashi? —inquirió Homura, con su mirada clavada en nosotros.

—¿Acaso es él, quien te reemplazará? —sonrió irónicamente Utatane—. Ya estamos al tanto de tu despido.

Naruto intentó hablar, pero Homura lo interrumpió con brusquedad.

—Te hicimos una pregunta —sentenció, observando a Naruto con ojos entrecerrados.

—Si te refieres a mi despido, pues... no he sido despedido. Bueno, al menos Kushina no lo ha hecho —respondí con calma.

—Esa mujer ni siquiera sabe cómo se llama.

Las palabras de Homura acerca de Kushina provocaron una rápida réplica por parte de Naruto.

—Y usted, con lo senil que es, tampoco —contestó Naruto, su voz firme.

Bee también intervino, mostrando su cansancio ante las tonterías de los dos ancianos:

—Deberían mostrar respeto por la madre del legítimo heredero de toda esta mierda —añadió Bee, claramente molesto—. ¿Se encuentra Kana Uzumaki en la mansión?

Utatane dirigió hacia mí un tono insultante:

—Kakashi, ¿de qué habla este esclavo?

—Hemos venido a informar que el legítimo dueño de la mansión Uzumaki está aquí. Ambos parecieron sorprendidos. —Naruto Uzumaki—digo señalando a Naruto— El hijo de Kushina Uzumaki está aquí —añadí.

Naruto dio un paso al frente, revelando su determinación.

—Así que vayan llamando a mi "abuela", porque de aquí el que se va no seré yo —declaró Naruto, poniendo fin a la conversación.

La tensión en el aire era palpable, pero sabía que Naruto estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se le presentara. Después de todo, es el hijo de Kushina Uzumaki.

Después de la tensa confrontación con Homura y Utatane, accedieron a dejarnos entrar. Naruto, Bee y yo nos adentramos en la mansión. Los pasillos estaban adornados con retratos que contaban historias de generaciones pasadas de la familia Uzumaki. Naruto caminaba con determinación, su mirada fija en el camino que se extendía frente a él, no se detenia a contemplar siquiera lo lujoso de su nuevo hogar y eso me agrada. Supongo que la preocupación de ver al hijo de Kushina convertirse en un arrogante materialista quedaba descartado de mis preocupaciones.

Finalmente, llegamos a la sala principal donde Kana Uzumaki, la matriarca de la familia, nos aguardaba. Su presencia era imponente, a pesar de su avanzada edad. Sus ojos y su cabello, tan parecidos como los de Kushina, nos observaba con expresión severa.

 Sus ojos y su cabello, tan parecidos como los de Kushina, nos observaba con expresión severa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
FelinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora