Te pienso, te pienso y te siento,
como el rocío en el campo sediento,
en cada atardecer, en cada amanecer,
eres el fuego que no para de arder.
Te imagino en cada instante,
como un suspiro en el aire vibrante,
en cada susurro, en cada latido,
eres el abrazo que ansío y anhelo perdido.
Te siento en cada mirada,
como un viento que nunca se calla,
en cada caricia, en cada abrazo,
eres el refugio, el paraíso que trazo.
Te pienso en cada verso que escribo,
como una poesía que no evito,
en cada rima, en cada estrofa,
eres la musa que mi pluma enrostra.
Y en cada amanecer te siento,
como un aroma que embriaga mi aliento,
en cada rayo de sol, en cada suspiro.
Te pienso, te pienso y te siento,
como la mariposa que danza en el viento,
en cada pensamiento, en cada latido,
eres el amor que siempre he querido.