Mujeres de la tierra, fuente de vida,
conexión profunda, sagrada y querida.
Como la tierra, somos fuertes y firmes,
sabias guardianas de los mares y los ríos.
Nuestras manos trabajan la tierra fértil,
cultivan semillas, cuidan lo que germina.
Nuestras raíces se entrelazan con la tierra,
nutriendo el alma, amor que no termina.
Nuestras lágrimas son como la lluvia,
que alimenta los campos sedientos.
Nuestro espíritu es como el viento que susurra,
canciones de paz en su fervor.
Mujeres, guardianas de la naturaleza,
conectadas con la tierra, en cuerpo y alma.
En nuestro corazón late el pulso de la madre,
nos cuida, nos protege, nos ofrece su calma.
Somos la esencia misma de la tierra,
su fortaleza, su belleza, su amor sin fin.
Con nosotras la tierra se siente viva,
unidas por siempre en un eterno horizonte.
Mujeres, seres de luz y fuerza,
celebramos nuestra conexión con la tierra.
Somos la semilla que germina, el fruto que alimenta,
la esencia misma de la madre que nos encierra.