Te vas alejando
llevándote una parte de mí.
Lloro a escondidas,
sabiendo que no estamos
ni estaremos en la cima de la montaña.
Te sonrío y te cuento mi día,
solo me miras y asientes.
Me bombardean los recuerdos
de lo que una vez fuimos.
Te pierdo,
nos perdemos y
me cuesta aceptarlo.
Amarte me destruye
y una pequeña voz
me dice que eso no está bien.
Es aire ya no es tan ligero y
mis huesos pesan cada vez más.
Ya no quiero esforzarme para que me sigas queriendo.
La puerta está abierta,
te puedes ir.
Me dejas con la promesa
de no querer a nadie sobre todas las cosas,
sobre mí.