Capítulo 30

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Evan.

Todavía no puedo procesar lo que acaba de ocurrir, mi cabeza aún duele y procesa con lentitud lo que acaba de pasar. Aunque, en estos momentos no tengo tiempo para procesar nada, Addy se desmayó y necesito saber que está bien. Creo que usó más magia de la que debería, suele pasar cuando no usas mucho una magia, como es el caso de ella con su magia mental.

Cómo puedo la cargo a nuestra habitación y la acuesto en nuestra cama. A veces es raro decirlo, pero amo esa palabra, nuestro.

Ella está pálida, Alma está a su lado tomándole la mano, tengo a Sam, Ted y Rosaline detrás pensando en lo que acaba de pasar. Todavía no entiendo cómo llegó esa persona y mucho menos cómo desapareció delante de todos, no sin antes tumbarnos a todos en el piso con un dolor de cabeza intenso, todos excepto Addy, la que ahora está inconsciente.

—¿Quién mierda era él? –Escucho la primera pregunta de muchas que se harán este día y los siguientes días.

—No lo sé. –Le respondo a Sam.

Observo como Rosaline está más pálida de lo normal, ella no se ve bien, parece a punto de marcarse un Addy, está a dos vientos de desmayarse.

—Rosaline, no te ves bien, deberías ir a descansar. – Estoy seguro que Addy diría lo mismo que estoy diciendo yo.

Ted me mira y luego mira a su esposa con muchísima preocupación antes de llevarla a descansar. Día de locos el de hoy.

Sam empieza a caminar por la habitación frustrado, suele hacer eso cuando una situación lo supera; y ésta es una de ellas.

—Sam, si sigues caminando me vas a dejar un hueco en el piso, no sé si te has dado cuenta, pero amo mi piso. – Me siento al otro lado de Addy. Alma parece a punto de desmayarse, pero está estable mientras cuida de su amiga.

Creo que todos deberíamos descansar, acabamos de recibir un ataque mental de los fuertes, nuestras mentes están molidas; pero ninguno irá a descansar hasta que Addy despierte y esté bien.

Estoy pensando seriamente en ir a volar a Tierra y traer a un sanador para que venga a revisarla, lo estoy considerando. Tal vez si vuelo lo más rápido que puedo, hago el viaje entre ida y vuelta como en tres horas... Sí, creo que puedo hacerlo.

Me levanto dispuesto a irme a buscar un sanador, pero una mano me lo evita. Bajo la vista y encuentro la mano de Addy en mi brazo, acaba de despertar y no tiene buena pinta. Se ve pálida y todavía tiene sangre en su nariz.

No mentiré, estoy sintiendo el miedo de mi vida en estos momentos.

De inmediato me vuelvo a sentar y tomo su mano.

—Me has dado un gran susto, Addy. –Le reprocha Alma, yo solo puedo ver sus ojos verdes y pensar que está bien, que no le ocurrió nada malo.

—Lo siento, usé demasiada magia. –Suele ocurrir, entonces lo que le acaba de pasar es normal, solo necesita comer bien; pero saber eso no me quita la preocupación.

—Te traeré algo para que puedas comer. –Menciono antes de levantarme y salir por la puerta con dirección a la cocina.

Lo que le vendría bien a ella sería fruta y todas las vitaminas que le pueda conseguir, tiene que recomponerse de la magia que usó lo antes posible.

Vuelvo un par de minutos después con comida más que suficiente y me encuentro con qué Alma y Sam ya se fueron, cosa que me extraña porque Alma no dejaría sola a Addy en un momento así. Al entrar la encuentro donde la dejé, pero con la mirada perdida en algún punto.

Tierra [Saga Lapis Omnia #1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora