James miraba como su padre se iba de la casa cuando regreso encontró a su madre maldecir a su padre, James subió molesto las escaleras y empezó a empacar algo de ropa, aún tenía los ahorros que tomo de el y de sus hermanos tomando su escoba y bajo las escaleras, cuando paso por la sala vio a su madre hacer una escena con sus hermanos, noto algo extraño parecían desorientados y solo escuchaban que al fin tendrían la herencia de su padre.
Eso lo preocupó y tuvo la idea que sus hermanos estaban manipulados y salió más molesto de la casa, monto la escoba y fue en busca de su padre pero lo primero era ir a la madriguera a buscar a su tío Ron, cuando llegó escuchó a todos decir como su tío era un idiota por engañar a su tía Hermione, soltó una risita y no lo creyó sabía cuanto su tío amaba a su tía y le vino la desesperación, así que desesperado salió volando otra vez y voló lo más rápido posible en busca a su padre y tío, pero no sabía dónde están y fue al primer lugar que le llegó a la mente.
El caldero chorreante, al llegar lo primero que hizo fue acercarse a la señora Longbottom que le informó que su padre y tío salieron rumbo desconocido, James se desespero más, pero un recuerdo apareció en su mente.
— Papá si algún día te enteras de algo que te arrepientes, ¿que harías?— pregunto.
— Bueno James, iria donde perdí a alguien importante— contesto mirando a su hijo.
— ¿Y donde es eso?— volvió a preguntar.
— En el ministerio, justo en el velo de la muerte— con eso se fue dejando a su hijo sorprendido.
Reaccionó rápido y salió del caldero rumbo al ministerio estaba muy preocupado y voló otra vez pero esta vez lágrimas corrían por sus ojos.
Cuando llegó pasando a los guardias quienes trataron de detenerlo, al no lograrlo lo siguieron, James corrió al velo de la muerte y lo vio su padre y su tío saltar.
— ¡¡Noooo!!— grito desesperado y trato de correr a ellos.
Los guardias lo recibieron, James trato de separarse de los guardias, al no lograrlo se calmo y calló de rodillas las lágrimas caían sin control, no lo podía creer, pero no se quedaría así y un gran rencor creció en sus corazón reflejándose en sus ojos.
— "ya tienes 17 años te puedes hacer cargo de las cuentas y no dejes que caigan en manos de tu madre y hermanos"— las palabras que le dijo su padre le llegaron a su mente.
Se levantó y les informo a los 5 guardias que no dijeran nada, estos aceptaron ante la fría voz de James, el nombrado fue directo a Gringotts su paso era decidido y lleno de venganza, tan solo entrar lo llevaron con Alem guardián de las cuentas de su tío y padre, le entrego el respectivo señorío de los dos, el suspiro agradecía el hecho de haber ido esa noche al ver todo lo que tenía, no quería imaginar cómo su tía, madre y abuela se pondrían al enterarse que tienen a los reyes en sus manos.
Se despidió y fue a una de las mansiones que le dejo su padre donde fue recibido por los elfos, les explico que el hijo de James charlus Potter murió y él al ser su hijo mayor heredó todo, los elfos asintieron y lo llevaron a la habitación principal, muchas cosas pasaban por su mente y decidido en vengarse contra todos los que le dieron la espalda a su padre y tío.
A la mañana siguiente se levantó para iniciar su venganza, se cambió a algo cómodo pero elegante y regreso a Gringotts ahí le explicaron lo que conllevaba ser el heredero al trono y como con eso podía moldear el mundo mágico a su gusto, James lo pensó y pidió que enviaran una carta al ministerio que indicará que iría el rey del mundo mágico.
Estos asintieron y enviaron la carta explicando que el rey del mundo mágico iría el día de mañana, James en el día busco información para meter a su madre, abuela y tía a Azkaban y valla que encontró información pero eso sería para mañana, ahora tenía que buscar un giratiempo que se entraba en una de las cuantas bóvedas que tenía.
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Mi secreto de vida.
FanfictionLas cosas se fueron al caño con la verdad, dos mujeres engañando a sus esposos, ahora Harry Potter y Ron Weasley que saben la verdad, perdieron todo. Harry a sus hijos y herencia. Ron a sus hijos y el amor de su familia. Pero alguien les dió la opor...