Trece

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— ¿Todo bien? Sé que tu madre puede estresarte, solo recuerda que nada opaque el día al niño, o tendré que poner las cartas sobre la mesa.

—Gracias todo estará bien, no creo que haga comentarios ya sabes.

—No pero, mírala queriendo lucir a tu hermana, hay lugares como momentos y este no es uno—dijo Max en un tono molesto.

Planear el cumpleaños de Héctor en un Salón jardín para veinte personas no fue tan complicado, Max invito algunos colegas del trabajo como su suegra a sus amistades.

Por su parte Andrómeda no invito a nadie más que a su familia que con ellas era suficiente.

Claro que lo era cuando su madre llego con tanta exageración y su hermana quien vino vestida como para un coctel, noto que no vino Alfonso y que el llegara más tarde por su trabajo, eso la tranquilizaba un poco.

Los comentarios de su madre intento lucir a venus que esperaba que la cigüeña bendijera a su hija quien se merecía ser madre por ser una buena mujer hizo que le diera nauseas.

Se contuvo un poco y eso fue por Max que movió su cabeza en negación.

—Tu madre es insoportable, no la tolero pero por respeto que es tu madre la tragare, pero si sigue comentando lo excelente que es su hija, me hará sacar algunas verdades.

—Por favor, solo dejemos esto en paz, tu madre no deja de presumir.

—Bien indicare que vayan sirviendo la comida a ver si así tu madre guarda silencio y prudencia.

Andrómeda estaba completamente nerviosa, cada que su madre hacia una indirecta y la vena de Max estallaba.

Después de la noticia del embarazo habían aclarado que debían intentarlo, no había nada de malo con hacerlo, además el había confesado sus sentimientos por ella, y ella empezaba a atraerlo mas.

Aunque no se abría mucho, Max era decidido y siempre decía las cosas como eran, no le gustaba darle vueltas a las cosas y eso le da puntos de más.

A pesar de que tiene un genio que no soporta, es perfeccionista le gusta las cosas en orden y ella es un desastre, no sabe qué clase de combinación tendrá con este bebe, porque ella es todo lo apuesto que es Max.

La mirada de su madre cruza con ella y ahora lo que no quería se pone de pie y camina hacia ella.

Andrómeda intenta verse agradable y tranquila con su madre pero nunca se sabe con ella.

—Hola madre, necesitas algo mas—intento ser amable.

—No me trates como tus invitados, soy tu madre, porque no hiciste el cumpleaños de mi nieto en mi casa, hay suficiente patio.

—Bueno no siempre puedo decidir, Max escogió el lugar y es lindo madre.

—Claro, que suerte tiene el niño no es así—Andrómeda suspiro, no comprende cuál es su molestia ahora.

—Mama, me gustaría saber cuál es tu molestia, no comprendo porque me hablas en ese tono, igual todo lo que hago te molesta mucho, podrías dejar esto pasar, es el día del niño, solo eso madre.

—Mi nieto parece más nieto de tu suegra, lo luce y ni siquiera me deja cargarlo.

—Mama no hoy.

—Y cuando si—alzo la voz.

—Mama, enserio por favor, el próximo año lo haremos en tu casa ¿Contenta?

—Crees que con eso lograras que me contente, no comprendo Andrómeda, cambiaste mucho—ella solo intento respirar y exhalar, miro hacia los invitados y a su hermana burlándose.

Mentiras de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora