—Debe estar tranquila, sé que le preocupa su esposo, pero sus estados están ansiosos, el sangrado puede ser poco normal, le pido que se relaje un poco, afortunadamente él bebe está bien.
—Gracias doctora— comento su suegra ansiosa como Andrómeda.
—Cualquier cosa Andrómeda no dudes en avisarme.
—Gracias, es solo que necesito saber de mi esposo.
La doctora asintió comprendía el punto de Andrómeda, darle la noticia del accidente exploto su estrés.
Pero ahora lo importante era su bebe y estar en cama al menos un poco más, hasta asegurarse que todo saldrá bien.
Max no se lo perdonaría por descuidarse, el a pesar de muchas tempestades mantenía la calma, pero no podía, no cuando él estaba en cirugía y solo deseaba escuchar su voz, verlo a los ojos, afligiéndose mas.
—Solo hay que esperar Andrómeda, por lo que se, tu esposo está en cirugía, el doctor Johansson es demasiado bueno en lo que hace estará en buenas manos.
—Es solo que, en la mañana lo vi, quedamos en algunas cosas, y escuchar la llamada dios sentir que el mundo se me venía encima.
—Sí, comprendo, pero recuerda estas embarazada, debes estar tranquila pido mucho pero tu bebe le trasmites todo Andrómeda, solo por favor, se fuerte, el estará contigo, y verán ese bebe.
Andrómeda aun así no se quedó tranquila miro a su suegra que estaba con ella en la habitación, apenas logro salir de aquel departamento con el leve sangrado alterando a su suegra como su suegro que necesita desviar los carros.
Su hijo y luego Andrómeda, y sobre todo su mujer que necesitaba descansar por la quimio y ahí estaba intento estar de pie, pero su rostro refleja el cansancio que no puede más.
—Usted debería estar acostado, yo me siento mejor, créeme.
—No Andrómeda, llevas a mi nieto, Max no me lo perdonaría si no te dejara.
—¿Y usted? Tuvo su quimio, debería estar descansando, por favor, estate bien debe descansar.
—Ni tu y yo hacemos una, dios míranos una parodia, no cariño, me quedarte aquí en el sofá, mi esposo se encargará pobre, pero tu quedare ene esa camilla, un sangrado no se toma a la ligera.
—Solo quiero que Max salga bien, solo eso no sé qué haría, no sé qué...
—Tranquila no llores, le hará daño al bebe, Andrómeda me vas hacer llorar cariño.
—Es que no es justo, porque las gente están impudente, lo siento no quiero mortificarla, yo... dios.
—Yo ya viví mucho Andrómeda y eso es una batalla que debo ganar, quiero conocer a mi segundo nieto, y lo voy hacer.
—¡Héctor! —se alarmó Andrómeda recordando que Alfonso debería estarle hablando.
Miro la hora en la pared, estaba a nada de ser las cinco, busco en su bolsa el teléfono y vio un centenar de llamadas de él.
Marco esperando que ahora el contestara, así lo hizo al tercer tono.
—Andrómeda estoy afuera del departamento con el niño.
—Alfonso no estoy en casa, estoy en el hospital.
—¿Te paso algo?
—Es Max...Max esta en cirugía—dijo ella son poder contener llanto. —Tuvo un accidente y estamos todos aquí.
ESTÁS LEYENDO
Mentiras de Sangre
Short StoryAndrómeda no sabe por cuánto tiempo va seguir ocultando aquel secreto, mucho menos las miradas de aquel hombre. Después de todo que puede salir mal y ambos comparten una persona en común, pero si ese alguien es tu hermana, ¿En que posición te pone a...