No dejo de ver a mi hijo, él no tiene la culpa de los enredos de su madre, no encuentro la salida cuando ya estoy metido en otro lio, uno que ni yo sé si logre salvarme, las maletas están echas ya que había decidido irme de aquí con mi hijo, pero...
Muerdo la manga de mi suéter para no gritar con fuerza, mierda esto se fue a la mierda literal.
Cargo a mi hijo lista para salir de la habitación deteniéndome de golpe al ver Alfonso ahí frente a mí con una cara que necesita una explicación, lo cual no tiene derecho, deseo borrar lo que paso entre nosotros, fue un error un maldito error.
Debo cargar con las consecuencias ya que eso mi hijo es producto de mi imprudencia, una que agradezco que el mismo Alfonso no se acuerde, la bebida y el éxtasis no van de la mano.
—podemos hablar ahora que estas decididas en irte.
—No hay nada de que hablar, ya vez me iré con Héctor con su padre, al final de cuentas Max eso quiere.
—¿Y tú?
—¿Qué hay conmigo? —pregunto con el deseo de desaparecer, Héctor esta enfadado no es para menos ha estado de brazo en brazo.
—No deberías irte, no deberías ni estar con Max, Andrómeda como es que ...Como es que te metiste con él.
—Eso no importa.
—Claro que importa eres mi...Mi amiga—si duele, pero eso ya lo venía venir. —Andrómeda.
—No hagas esto, qué caso tiene, además porque te preocupa que me vaya con Héctor, es mi hijo, pronto tendrás unos con Venus, formaras una familia con ella, no quieres eso—él no dice nada solo observa a mi hijo, su hijo que no pienso decirle.
—Quería una familia, ahora no se lo que quiero—dice con pesar, pero es tarde para saberlo. —Solo sé que no quiero dentro de mí que te vayas, mucho menos que te lleves a Héctor, me he encariñado con ese niño.
Se acerca más retrocediendo, su intención es tomar a Héctor entre sus brazos, no sé si sea el poder de la sangre llama, pero es mejor que esto se quede así, no quiero lastimar mas esta familia, mi madre adora a Venus, y si esto sale a la luz sería un caos entre nosotras.
—Creo que...
—Estas lista —Max entra y viene hacia a mi casi arrebatándole Alfonso a mi hijo.
Héctor bosteza tiene sueño a es muy noche, acomodándose en el pecho de Max, no es su padre, pero todo indica que mi hijo le agrada, y pensar que hace años ambos no se toleraban para nada.
—Es muy tarde y mi hijo debe descansar, Alfonso no te vi—la cara de Alfonso lo dice todo, no se agradan ambos.
—Sí, debemos irnos. —me limito a decir.
No quiero ver al rostro Alfonso, solo salgo con la maleta, Max se detiene y me ayuda con el niño y la maleta mientras bajamos, sus padres se ven felices, vinieron a visitarnos y se van conmigo y mi hijo, me da pena con ellos no merecen esta mentira, pero Max me metió en esto.
Mi madre no dice nada, ahora parece más molesta pensé que se alegraría al final, pero muestra lo contrario, no quería esto, buscar el padre de Héctor ahora lo tiene.
Me despido y ella solo besa a Héctor sin mirarme, mi madre quería que Héctor fuera adoptado por Venus. El camino es silencioso, Max se detiene en la casa de sus padres, ellos igual lo hacen, la señora Bellis quiere venir a verme mañana para estar con Héctor y aprovechar todo el tiempo perdido.
Suspiro cuando solo estamos los dos solos, no quiero que diga nada y tampoco lo espero, llegamos aun edificio y entra por el subterráneo, se baja y abre la cajuela para sacar mi maleta, así que me bajo y abro la puerta de atrás para tomar a mi hijo que está en el asiento de portabebe.
Héctor se estira incomodo, Max me pide que lo siga y eso hago entramos al elevador, hasta llegar al piso cinco. Para mi sorpresa esto es más grande que el piso plano de mi casa, Max sonríe y ruedo los ojos.
—Te llevare a la habitación de huéspedes—me quedo con el ceño fruncido. —¿Qué pasa?
—Nada solo que no imagen que tu vieras cuarto de huéspedes.
—¿Por qué no?
—Eres soltero ¿No? Lo más usual es que tiene una habitación, ya sabes para tus...Citas. —él me sonríe con descaro.
—Nunca las traigo aquí, de hecho, eres la segunda mujer que traigo aquí.
—Vaya no sé si me siento alagada por eso, que la primera fue un mal amor—me burlo entrando en la habitación.
—Bueno no es que sea un mal amor, le debo la vida por ella nací—me detengo—Ya sabes mi madre—mi cara se torna roja—Pensaste que tengo mala suerte en el amor, déjame decirte que te he desilusionado, las mujeres son complicadas.
—Y te embarcas con la más complicada del mundo—el encoje sus hombros. —No comprendo porque, no deberías hacerle esto a tus padres, se van encariñar con Héctor y tú sabes la verdad.
—Qué más da.
—¡Qué más da! Como puedes decirlo tranquilo—dejo a mi hijo en la cama.
—Mañana comprare una cuna si es que mi madre no trae una mañana.
—Lo dices muy tranquilo, Max, no deberías hacer esto, sé que quieres ganar el puesto, pero pudiste escoger a otra, se que dijiste que entre nosotros no va a ver nada, y tienes razón no eres el tipo de hombre que me enamoraría, ni eres mi tipo—el cruzo los brazos recargándose en la pared.
—Bueno déjame decirte que tienes malos gustos, te metiste con un hombre casado—aprieto los labios—No te estoy juzgando solo debiste pensar en las consecuencias, el niño tiene la culpa, a decir verdad, pensé que terminaras con Alfonso, pero solo es un idiota que no supo guardarse el pito.
No pienso escucharlo dándole la espalda, es un idiota.
—Andrómeda, mi madre tiene cáncer—confianza volviendo a girarme —No es tan solo el puesto, la escuche con mi padre diciéndole, no quiere que sepa, por eso la insistencia de buscar una mujer para mí, formar una familia, quiere nietos, y aunque no deseo formar una familia mucho menos hijos, no me agradan no es que tenga algo en contra, sé que no tendré problema con tu hijo es algo calmado.
—Lo...Lo siento.
—Espero que no te importe que use a Héctor, quiero que mi madre este contenta, hablare con mi padre— no sé qué decir, ante una situación como esta.
—Max...No es correcto, pero está bien, siento lo de tu mama Max, seguiremos con eso, pude ver como se emocionó con ello, aunque una mentira blanca no lastimara ¿Verdad?
—Entonces hagamos real—parpadeo.
—A que te refieres.
—Casémonos mañana mismo.
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Mentiras de Sangre
Short StoryAndrómeda no sabe por cuánto tiempo va seguir ocultando aquel secreto, mucho menos las miradas de aquel hombre. Después de todo que puede salir mal y ambos comparten una persona en común, pero si ese alguien es tu hermana, ¿En que posición te pone a...