Soñando Azul | Prohibitedwish | Prismo/Scarab

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Cubierto de ceniza escaló la torre guiado por un as de luz brillante y pálida, sobresaliente dentro del paisaje oscuro, tiniebloso.

La madera resbaladiza de la vieja escalera colgante lo recibe a regañadientes, más de una vez está a punto de caer, pero logra aferrarse hasta la cima.

Subiendo a duras penas, la fría brisa le recuerda su lugar y solo una mirada es suficiente para recibir escalofríos al imaginar una caída desde tal altura. Una última caída, definitiva.

Rápidamente sus ojos se encuentran con su adversario, o eso cree. La espesa túnica negra que tiene enfrente solo alberga oscuridad en donde supondría debería haber un rostro.

El cielo ya de por si nublado conspira con la siniestra sinfonía y deja caer sus gotas. Cada vez más frecuentes y grandes .

De pronto la armadura le ha parecido una terrible opción. Solo pesa sobre su cansado cuerpo y más que ofrecerle protección, teme qué un arrebato del equilibro sea suficiente para resbalar y terminar con todo.

Con tanta presión de por medio solo atina a sonreir de manera histérica. Esto no es más que un malentendido! El no es un guerrero, tan solo un torpe artista envuelto en circunstancias borrosas y desafortunadas...

El frío lo hace temblar y ya no se siente siquiera las manos. Preferiría estar en cualquier otra parte, "oh, claro que lo prefería". Pero las cosas ya estaban hechas, era una batalla perdida. Solo quedaba esperar que fuera rápido. La tormenta continuó furiosa con más fuerza que antes, cada vez más creciente.

Entonces, sin previo aviso, sus ojos se cegaron en luz, y luego vino su cuerpo sintiendo un impacto tan grande que voló por los aires al igual que escombros de quien sabe donde. La caída inminente fue acompañada del rugido ensordecedor de un rayo "genial" dijo para si "al menos ya está hecho".

Cerró fuertemente los ojos esperando el impacto, pero este nunca llegó. Al contrario, el espacio hacia el suelo parecia extenderse de manera anormal como evitando qué tocara fondo. Un agujero de gusano tragandolo no le hubiera sorprendido dada su suerte. El zumbido qué sonaba de fondo le pareció lo más detestable, tan molesto como si siempre hubiera estado ahí y él apenas estuviese dándose cuenta.

Entonces recordó 

MIERDA

La velocidad de una bala se quedaba corta con lo rápido que prismo se levantó de la cama.