Soñando Azul | Prohibitedwish | Prismo/Scarab

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Su corazón dio un vuelco al leer las palabras en la computadora frente a a el:

×Las mandíbulas más grandes de su grupo de invertebrados 

×Su veneno puede llegar a ser mortal

×Existe un antídoto

×Más no es capaz de neutralizar los efectos alucinógenos característicos del veneno

×Su característico color rojo cambia unicamente durante una breve temporada al año

×El recién adquirido tono cazul aperlado es producido por la temporada de eclosión

×Evitar a toca costa las "cáscaras" vacías de estos especímenes, es aquí donde se almacenan la mayoría de los residuos tóxicos

Y por su puesto que aquellas dichosas "cáscaras" eran donde se encontraban las alas qué pedía la muerte.

Joder Prismo, el rey de los tontos. Superdotado para meterte en líos.

Pero, que no era justo por lo inaudito de las aventuras qué le sucedían por lo que había decidido ser escritor?

Se dejó caer provocando un chirrido en la vieja cama. Cerró los ojos. En silencio consigo mismo volvió a tocar uno de sus temas recurrentes.

Llegaba a la edad en donde las personas "respetables" mantenían un trabajo en forma. Usaban traje y tomaban importantes desiciones de adultos. Y sin embargo Prismo lograba ver como sus ojos se extinguían tras esa fastidiosa rutina. Cuantos amigos no había visto apagarse. Cuantas historias legendarias no habían sido olvidadas y reemplazadas por la ominosa inmediatez del día siguiente. Para qué? Claro que prismo estaba lejos de ser perfecto. Pero no se veía a si mismo capaz de abandonar todas aquellas aventuras por esa vida que el mundo espera impacientemente logres a toda costa.

Eventualmente, se había quedado solo. Tenía esa sensación de que el mundo había avanzado, implacable. Y el se había quedado ahí, expectante. Como si estuviera en el subterráneo esperando al siguiente tren después de que el último estuviese demasiado lleno. Pero ese tren nunca llegaba. Y el se quedaba solo en una eterna sala vacía.

El no saber que esperaba le provocaba más discordia que la espera en si. Era frustrante sentir la necesidad de avanzar y no encontrar las fuerzas para hacerlo. Prismo se sentía apretado intentando nadar en el reducido charco de alternativas. Imaginaba una vida que pudiera ofrecerle más que un feo traje o una caja registradora.

Suspiró cuando los pensamientos se enredaron dolorosamente en su cabeza. Ya había sido un día lo suficientemente largo.

A ojos cerrados, la noche le brindó un torbellino de insectos brillantes, carreras en bicicleta, un par de afilados ojos oscuros qué lo miraban intensos. Y también trajo consigo un recuerdo no muy lejano.

El onírico ambiente proyectó con destreza la sensación de lo que en su momento fue una borrachera nocturna, con su mejor amigo. Casi al borde de la inconsciencia, se escucho a si mismo decir, arrastrando cada palabra:

"-Tengo miedo de no merecer la vida que quiero vivir-"