Soñando Azul | Prohibitedwish | Prismo/Scarab

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El tono inflexible de la persona frente a él comenzó por intimidarlo tan pronto como se dio cuenta que era de esas raras personas con las cuales el carisma no era una opción. Ahora mismo, lo disperso y relajado de su forma de ser parecía ser una desventaja al carácter gélido y los ojos fríos qué lo miraban fijamente

-Ya hemos perdido más de la mitad del tiempo esperándote, por favor, no me hagas perder más el interés

-Claro- Se aclaró la garganta y tomó un breve momento para cambiar a su tono narrador -Esta es una historia de viajes entre el cosmos.

Comenzó contando en esencia las aventuras de una chica corriente y su gato mágico. Del viaje multidimensional, villanos memorables, hechiceros y grandes amigos en el camino. Divagando entre detalles importantes y conexiones inesperadas.

Estaba convencido de que era una historia como pocas, era imposible que no captara la atención de la gente, esa qué hoy en día suele vagar más sola que nunca. A veces, solo necesitas recordar la historia de como el héroe gana al final del día para reconfortarte cuando la vida se vuelve difícil. A veces solo necesitas una historia que acompañe la tuya propia.

Scarab escuchaba atentamente, sin decir palabra, sin mostrar una sola pista en su semblante severo. Frunciendo el sueño de vez en cuando. Aquello ponía los nervios de punta a Prismo. Uno de sus "superpoderes" era el de interpretar las emociones de las personas y navergarlas hacia la mejor situación posible. Por eso era un buen artista, o eso creía. Sin embargo, su interlocutor parecía estar sencillamente vacío, inerte, sin pizca de emoción en su mirada. Era como hablar con un muro. Se imaginaba que estaría realizando cálculos dentro de su mente, Prismo se sintió medido por una regla invisible con la cual no estaba seguro si podía competir.

Cuando terminó su presentación. Guardó un silencio expectante, uno que se prolongó más de lo que sería cómodo para cualquiera.

-Cual es el final?

Prismo tragó saliva. Estaba preparado para defender la calidad de su escritura e historia. Sin embargo pensó en las semanas que solían tardar los tramites y burocracia necesaria para imprimir un libro, tontamente había pensado que tendría más tiempo para encontrar un final que concluyera dignamente su historia. Conociendo lo perfeccionista que era no se conformaría con un final mediocre. Pero las fechas de entrega y él nunca fueron grandes amigos. Prefería fluir con la situación y aferrarse a la ola de inspiración cuando esta estuviera lista para llegar.

-La historia se encuentra a un 80%. La mayoría de las historias ya han sido abordadas, solo se necesita volver a conectar todos los hilos para tejer un final memorable- las palabras se sintieron tensas en su boca, qué intento triste de formalidad era ese?

Scarab suspiró, más fastidiado que molesto. No parecía ser el tipo de persona que disfrutaba de una historia fantástica. Prismo casi pudo imaginarlo leyendo manuales e instructivos de trabajo por puro gusto.

-Prismo, verdad? Mira, no alcanzo a comprender como pretendes llegar aquí tarde, con un trabajo incompleto y esperar a que apruebe la publicación así como así. Acaso tienes una idea de cuantos tarados recibo en esta oficina a diario? Todos aquellos incrédulos que piensan que una buena idea es suficiente, pero no saben siquiera qué es la ética de trabajo.

Prismo recibió el regaño con una pizca de vergüenza , sintiéndose con la cola entre las patas. Sabía que era cierto, al menos una parte. La cantidad de desorden en su vida no era algo de lo que se enorgullecerse, ni tampoco algo que le ayudara. Pero era lo que era, y siempre había sido así, no parecía conocer otra forma de vivir. Estaba claro que la primera impresión había sido terrible. Por eso mismo, le sorprendió lo que escuchó a continuación:

-Ahora. Tu trabajo es... Distinto. Voy a consultarlo con el jefe. Pero necesito ese libro completo. Ya. Pide a mi asistente otra cita para dentro de un par de días. Esta es la única vez que me quedo esperando, si no piensas ser puntual nisiquiera te molestes en venir. Esta editorial no se ha mantenido a base de buenas intenciones y esto no es un juego, quiero que lo tengas bien claro.

Scarab se levantó del pulcro escritorio con aire apresurado. Lo que Prismo imitó torpemente. Se dirigió a la salida y pasó a un lado del moreno, con la intensión de salir por la puerta. Sin embargo se detuvo un momento a inspeccionar a este más de cerca "demasiado cerca" pensó Prismo, qué sintió el nerviosismo volver a su cuerpo en forma de calor en su rostro. Se sentía juzgado, pero a esta distancia podía darse cuenta de los pocos pero significantes centímetros de altura qué los separaban. Miraba hacia abajo y aún así se sentía intimidado por la intensidad de su mirada. Incluso su cabello gris estaba perfectamente peinado y recortado. Sus facciones eran refinadas, pero contundentes. Todo en él denotaba orden y rigidez. De pronto sintió que el momento se había extendido demasiado, carajo, qué está buscando este tipo?!

Con toda la confianza del mundo Scarab estiró su brazo hacia el esponjoso y rebelde cabello de Prismo, tomando de el una rama de tamaño considerable qué debía haberse enredado en su incidente de la bici. Se dio cuenta de que las reglas sociales pasaban a segundo plano cuando de orden se trataba. Scarab no era de esas personas que soportaban ver las cosas fuera de lugar.

-Asegúrate de venir presentable cuando te pases por aquí- Tiró la rama a un cesto y sin decir palabra alguna salió de la oficina cerrando la puerta tras de el. Dejando a Prismo confundido y avergonzado por su asoecto. Aún con un intento de agradecimiento colgando en su garganta. A pesar de todo y contra toda expectativa, las cosas habían salido bien, verdad?

Se tomó un minuto para relajar su cuerpo y cuando su palpitar volvió a la normalidad salió del cuarto. Cruzando con los ojos del Búho qué lo miraban expectante.

-Y bien? Que tal ha ido?

-Creo que bien... Encargó otra reunión en un par de días- dijo pasando su mano por el cabello y sintiendo restos de maleza

-Tienes demasiada suerte, hermano. Creo que le gustas