Capítulo 4

203 12 2
                                    

Pasa el día hasta que llega la hora de irme, justo al mismo sitio donde estuve ayer.
Justo cuando me ponía unos vaqueros negros y un jersey de color amarillo me llega una llamada. De Pedro, ¿Qué querrá?

- Hola Marta, soy Pedro.
- Hola Pedro.
- ¿Quieres que pasemos a por ti y vamos al estudio?- Comenta el canario.
- Lo que queráis, a mi me da igual.-
- Perfecto pues pasaremos a por ti en un rato.
- Muchas gracias Pedro.
- Chao, nos vemos.

Nos despedimos y cuelgo el teléfono.
Menos mal que vienen a por mi, así repaso un poco de una asignatura la cual tengo esta semana examen.

RIN RIN RIN (suena mi teléfono):
- Bajaaaaa.- Es Pedro.

Le cuelgo, cojo las cosas, me despido de mis amigas y bajo.
Abro la puerta y veo que están en el coche esperándome los dos, Félix y él, Pedro.
- Holaaa.- Digo mientras entro al coche.
- Buenas.- Me dicen los dos a la vez.
- Que tal, tienes clase mañana?- Me dice Pedro, ya que ve que llevo un bolso bastante grande.
- Si.- Le respondo yo.- Y a las 8, encima lunes.
- La puta.- Comenta Félix.
- Madre mía y estás aquí, Marta, te admiro.- Me responde Quevedo.
- Al menos este es un momento de desconexión de la universidad, era muy necesario la verdad, llevo todo el día estudiando.- Le digo yo riéndome.
Vamos hablando y escuchamos música hasta que llegamos al estudio. Esta vez tenemos suerte y aparcamos bastante cerca de el estudio.
Llegamos al estudio y todo sigue igual que ayer, desordenado y lleno de cajas de pizza y botes de cerveza de la noche de ayer.
Me siento en el sofá que hay justo al lado de Patricia, la cual se ha convertido en muy amiga desde aquella última noche. Mientras Pedro y Félix se sientan en una de las mesas que había antes de entrar a la cabina, ella y yo charlamos de nuestra vida.
- Marta.- Me dice Félix.- ¿Has ensayado la canción que te enseñamos ayer?
- Si, he grabado una nota de audio.- Le respondo yo mientras enciendo mi móvil.- Si queréis os la enseño.
- ¿No te importaría cantarla en el micrófono ahora?- Me propone Félix.
Nada más decirlo en mi mente solo aparecía la palabra perfección, debía hacerlo bien para demostrar que yo valgo para esto, más que nadie. Aún así, tenía miedo de que me saliera mal, al fin y al cabo, soy nueva en esto, pero no quería defraudar a nadie, así que, sin pensármelo dos veces, afirmé, y me levanté. Fui directa a donde estaba el micrófono.
- 3,2,1, ya!- Me avisó Félix.
Comenzó a sonar la instrumental de aquella canción que tanto me gustó ayer en los cascos, cerré los ojos, y empecé a cantar:

Aquella' noche' no fueron bonitas, pero sí mágica'
Una canción pa' dedicarte solamente puede ser trágica
La fama no llena ni la mitad
Que las veces que vemos Netflix y follamos al alba
La luna nos respalda, las noches son fría
Si no estamos juntos todo me duele el doble
Quiero que seas tú, quien a mi hijo ponga' nombre.

Y acabe la canción, y nada más acabar salí de mi burbuja , miré a Félix, Patricia y Pedro y quedaron incrédulos tras mi voz y la letra de la canción. Solo se escuchó mi voz, pero Félix la grabó con la instrumental.
- Impresionante.- Dijo Patricia.
- Ha sido precioso. - Dijo Félix, y empezó a sonar la canción completa con mi voz.

Miraba con atención a los demás, ya que eran los que más sabían, miraba a Patricia, escuchaba con atención la canción, y Félix estaba igual.
En cambio, Pedro, tenía una sonrisa en su cara y también escuchaba la canción con atención, supongo que al ser suya, estaría orgulloso de ella.

- Menos mal que estás en nuestro equipo Marta.- Me dijo Patricia.- A veces estos hombres necesitan un poco de energía femenina para aprender a hacer su trabajo mejor.
- Oyeeee, que insulto.- Dijo Félix, riéndose claro.

Pasamos la noche produciendo, hasta que se nos hizo un poquito tarde y yo me tenía que ir. Decidí irme sola ya que ellos tenían que seguir produciendo cosas, yo tenía clases mañana pronto. Después de despedirme de cada uno de ellos:

- Oye Marta, te acompaño yo.- Me dice Pedro justo antes de abrir la puerta del local el cual daba a la calle.
- No, no hace falta.- Le respondí yo.
- Si, es tarde , yo te acompaño y así charlamos de los nuevos temas y todas las cosas.- Me respondió.
- No enserio, tranquilo.- Le respondí yo.
- Soy muy cabezota , déjame acompañarte enserio. Vives lejos, es tarde , hace frío.- Me respondió convencido.
Cogió el abrigo y nos fuimos. Las calles estaban desierticas, normal, pleno diciembre, frío, domingo, once de la noche.
- Oye.- Le digo yo esperando su respuesta.
- Dime.- Me responde mientras se saca un cigarro del bolsillo de su abrigo.
- Muchas gracias por acompañarme, enserio, no hacía falta.- Le agradezco yo.
- No hay de que, lo necesitaba, a veces estar encerrado en el estudio y no salir es malo, necesito vivencias para plasmarlo en mis canciones.- Me respondió mientras encendía el cigarro de su boca. - ¿Quieres uno?
- Si, tengo un frío criminal.- Le dije y me dio un cigarro.- No quedará mucho para llegar a la parada de metro.
- ¿Cuánto cuesta ir en metro?- Me pregunto y esto me provocó una pequeña risa.
- ¿No has ido nunca?.- Pregunto yo riéndome.
- No, ¿porque te sorprendes?- Se ríe.
- No por nada, pero no hace falta que me acompañes hasta casa enserio, si luego te tienes que volver es un rollo.- Le respondo yo.
- Hasta que no vea que entras a la puerta de casa no me iré, imagínate que te pasa algo, luego me voy yo en taxi o algo, no te preocupes por mi.- Me respondió y esto hizo que me sonrojara.
- Muchas gracias Pedro.- Le respondo yo.- ¿Tienes hambre?- Le pregunté.
- Un poco, ¿y tú?
- ¿Te apetece que vayamos a mi bar de confianza para cenar?- Le propuse.- Algo rápido, en fin, ya sabes .
- Por mi genial.- Me dijo y seguimos caminando en silencio, hasta que Pedro rompió el hielo.
- Me ha encantado cuando has cantado me falta algo.- Comentó Pedro.
- Muchas gracias, digo lo mismo, tus canciones son ... Bof... inexplicables, enserio, me han ayudado un montón.- Le digo yo desde mi más profunda razón.
- Muchas gracias, la verdad, no eres la primera que me lo dice, pero quizá si de la que más me fío que me lo diga. -Dice riéndose.
- Me alegro un montón Pedro.- Le respondo yo mirándole.- Creo que hacemos un buen equipo.-
-Y tanto que si Marta, no lo dudes, ya eres parte de todo.- Me responde Pedro, esto me hace sentir aliviada y bien.
Llegamos a la parada de metro, y pese que tardamos un poco más entre risas, subimos al metro.

Tú, yo y un estudio. (Quevedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora