Aziraphale se levantó temprano, era sábado y estaba seguro de que todos dormirían hasta tarde. Salió lo más cauteloso posible, sin embargo, el carraspeo de alguien hizo que brincara del susto.
—Ay, Virgen Santísima— soltó llevándose la mano al pecho después de notar a todos en el comedor con su abuelo en la cabeza de la mesa.
—¿Vas a alguna parte?—preguntó el viejo seriamente.
—Em...Bueno, iba a mis clases de zumba en el parque.
Gabriel lo miró extrañado para luego darle un trago a su café.
Al rubio no le importó, después de todo, no era mentira—al menos no una completa— pues Aziraphale era el único en su familia que resultó tener un gusto enérgico y un talento para el baile. Le gustaba la zumba, pero no iba a diario, solo cuando creía que "necesitaba nuevos hábitos" y justo terminado su clase pasaba por una torta de asado y una coca light para no romper la dieta; o cuando ocurría un chisme relevante a los alrededores, las señoras de la clase se aprendían más rápido los rumores que los pasos de la coreografía. Como sea, últimamente la zumba era más una excusa para ir al mercado.
—Siéntate, hijo, quería hablar con ustedes sobre algo importante— anunció Metatrón — Como saben, sus padres, que en paz descansen y gloria estén, los dejaron a mi cargo para que se conviertan en personas de bien.
—Abuelo, tú has hecho un buen trabajo...—comenzó Gabriel.
—Gabriel, si hubiera hecho un buen trabajo ya tendría bisnietos— rodó los ojos— El vecino Bonaventura ya tiene cinco, ¿Y yo? Bien gracias, viviendo con puro treintón, cuarentón "quedado". De Murielcita lo entiendo, es una niña, pero ustedes...
—Abuelo, yo...
—¿Tú qué Aziraphale? Tú vistes santos desde que estabas en secundaria...Ya va siendo hora que te consigas una noviecita, pero.
—Conservando nuestra virtud hasta el matrimonio— repitieron los presentes.
—Así es, bueno, eso era todo. Pueden servirse el desayuno.
Aziraphale se levantó con una sonrisita nerviosa.
—Bueno, yo lo haré después de mi clase.
—Oh, yo voy a la oficina a ver a unos clientes, si quieres te llevo— propuso Gabriel tomando sus llaves
—No es necesario...
—Ay no seas modesto, está de paso.
Se resignó de mala gana.
...
Era la quinta vez que Gabriel intentaba arrancar, pero el motor se apagaba.
—Miér...coles— le dio un golpe a la guía antes de salir—Creo que deberíamos pedir un Uber o algo.
—¿Y si nos vamos en microbus? Es más ecológico y rápido.
Al menos cuando Crowley manejaba como loco, podía escuchar quejas de pasajeros frustrados por el espacio, pero nunca de impuntualidad en escuelas o trabajos.
Aziraphale se sonrojó apenas vio el camión a la distancia, se arregló el pelo mientras Gabriel veía tik toks de "mi primera chamba".
—Ah, llegó —el mayor se subió sin mucha importancia— Dos pasajes con todo, por fa.
Le pasó un billete de $500 al chofer. Crowley le miró irritado.
—No mames, cabrón, son las siete de la mañana ¿No traes un billete más chico?
—Solo manejo tarjetas de crédito— dijo orgulloso —¿Traes terminal?
Él rio.
—Primero ponle una correa a la perra mamada que acabas de decir.
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Pasión de Microbuses
FanfictionCrowley es un microbusero que acaba de ser transferido a la ruta del mercado en donde un adinerado Aziraphale va a comer sus garnachas todos los días. ¿Cómo puede el destino unir a un miembro de los "diablos" y al hijo de una de las familias más pre...