Pasión de Microbuses

7. Mi sexy chambelán

Muriel se despidió de sus amigas con una sonrisa y se dirigió a la parada del microbús ya que nuevamente Gabriel se había olvidado de pasar por ella.

—¡Muriel! —Eric la alcanzó agitado, había corrido una esquina para lograr saludarla —No sabía que estudiabas aquí.

—Sí, es mi secundaria —ladeó la cabeza —¿Estás en el turno vespertino?

Él negando divertido.

—Nah, yo ando en la técnica de aquí a la vuelta —abrió su bolsa de chicharrones de papa para invitarle a la chica — ¿Vas a tomar el micro?

—Sí, mi hermano debe estar ocupado en su oficina —hizo una mueca.

—Entonces te acompaño —se echó en el hombro la mochila colorida de Muriel, quien le había robado su aperitivo.

Ella se volvió y vio a sus amigas cuchichear entre risas por lo que se ruborizó hasta las orejas, sabía que tendría que dar una larga explicación en el grupo de WhatsApp que ahora tenía como foto de perfil la foto de ambos y un corazón.

—¿Y cómo vas con tu método de actuación? —preguntó ella una vez que le pagó a Crowley su pasaje de estudiante.

Eric se quedó congelado al ver que el pelirrojo asintió, le había dado la señal, era libre de asaltar en el Bentley. La realidad era que Eric no había asaltado en un buen tiempo, había optado por el camino libre de la violencia y actuaba en los camiones para ganarse unos pesos, pero eso comenzaba a ser evidente.

Hastur casi lo había descubierto un par de días atrás mientras contaba el dinero del atraco.

—Oye morro, traes muy poco...Siempre sacas monedas de a peso, de a cinco o de diez, nunca traes billetes o celulares, pues ¿a dónde vas a asaltar o qué? —frunció el ceño.

—Es que está bien cabrona la situación en el país—mintió rascándose la nuca —Ya no sabes quién está peor si los asaltados o los asaltantes. Solo traen morralla.

—¿Tan jodidos están? —abrió sus ojos, sorprendido, y el muchacho asintió.

Eric volvió en sí y corrió a ocupar un asiento junto a Muriel.

—Pues...Tus consejos me han servido mucho, Mur.

—Es bueno escucharlo —aplaudió emocionada —Tienes mucho talento, pero tu acto, no lo sé...Creo que es un poco fuerte fingir un asalto para luego decir "Era falso", vivimos en una ciudad peligrosa y hay mucho malandro que roba por lo que las personas deben estar algo traumadas como para ver eso en el arte... ¿Qué tal si le da un infarto a alguien por el susto o te agarran a golpes como en esos videos de "asaltante se sube a combi y lo bajan a putazos" que hay en Facebook?

El aludido se quedó boquiabierto, sin saber cómo responder a ello, pero a fin de cuenta eran los gajes del oficio.

—Sí, creo que pensaré en algo más gentil.

Muriel sonrió.

—Aquí me bajo, ¿nos vemos otro día para discutir tu nuevo monólogo? ¿Tal vez algo de Shakespeare? —inquirió y Eric asintió sintiendo una calidez extenderse en su pecho como cada que veía esos ojos marrones achinarse de la alegría.

...

Pasó el resto de la tarde haciendo tarea en su habitación, precisamente de biología, en donde le habían encargado cuidar un huevo decorado con ojitos y pelo como si fuese su hijo; al parecer era una manera de prevenir los embarazos en su escuela.

Bajó las escaleras canturreando y moviéndose a un ritmo alegre mientras pasaba a la cocina por un vaso de agua.

—Yo no soy refresco en bolsa, pero si te vengo aceptando el popote, traigo el...