Políticamente incorrecto (Javier Milei x Myriam Bregman)

III.

 ¡Genial!

 ¡Simplemente perfecto!, ¡Los días no hacen más que mejorar!

 Primero, esa reunión horriblemente aburrida con el partido del Pro; Massa con su campaña ridícula, mal armada contra él; el veterinario de Conan que le arrancó la cabeza con lo que está cobrando; se comió tremendo cachetazo de la nada...

 ¡Y ahora esta encerrado en un puto ascensor!

 Después de hablar con su equipo por el llamador, Karina le contó que no hay nadie del área de mantenimiento en el edificio de guardia, la empresa con la que contactan no les responden y están buscando por todos lados quién puede sacarlos a esa hora.

 Era casi medianoche ya, ¿Quién va a ir a sacarlos a esa hora?

 Y todo gracias a esta zurda de...

 Mierda.

 Ella se veía triste.

 La mirada de la candidata asentaba como toda la fatiga había terminado de drenar su vitalidad. En los últimos días había estado acumulando ansiedad y esto solo la ayudó a colapsar. Estaba apagada.

 Ambos se encontraban sentados en el suelo del ascensor, uno enfrente del otro. Myriam no quería cruzar ni media mirada con él, pero el economista tenía sus ojos rondando por ella. No había otra cosa que pudiese ver tampoco, ni siquiera llevaba su celular en mano, ni ella el suyo.

 ¿Qué estará pensando?

 "¿Que soy un idiota insensible?, ¿Inmaduro?, ¿Estúpido?"

 "¿Me odia?"

 Quizás si se comporto algo impulsivo...

 La verdad era que, en esos días, no dejaba de pensar en lo de "Gatito Mimoso". Nadie, nunca jamás, se había referido a él de una forma así o parecida. ¡O si quiera le hubiese importado en lo absoluto! No quería admitirlo, pero el apodo le resultó de alguna forma adorable, divertido sobre todo, y no le había molestado para nada.

 De hecho, si ella solo pudiese repetirlo...

...

  Dejó que su imaginación divagara por suficiente tiempo.

  Intentó distraerse, pero volvió a recaer en la compulsión de fijar su atención en ella. Destacaba en el espacio reducido, como un faro y su luz.

  Le fue casi imposible no mirarla de nuevo.

 "Esa mujer...definitivamente es algo..."

 Observó el rostro pálido de la abogada, apenas decorado con una que otra arruga insignificante, casi inexistente. Se veía bastante más joven de lo que en realidad era. Sin querer hacerlo, o queriendo quien sabe, viajó lentamente por la piel de su cuello hasta parar de manera abrupta en su blusa, que no sabía esconder para nada su hermoso cuerpo y sus grandes...

 ¿HERMOSO?

 "Solo es el cansancio...solo es el cansancio de mierda"

 Si. Es eso.

 No hay forma, jamás la vería a ella así. Solo su manera de pensar ya le desagrada lo suficiente como para querer arrancarle la boca.

 Bueno, quizás esa no fue la mejor expresión...

 ¿A dónde estaba llevando sus ojos?

-¿Estás disfrutando la vista?- Exclamó molesta la mujer, sacándolo del trance.