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El periodismo deportivo se convirtió en el sueño y la meta de una joven Gianna cuando descubrió su pasión por el futbol a los diez años, desde aquel entonces no hubo una persona o razón que la hiciera cambiar de parecer.
Actualmente con veintiocho años y con su meta y trabajo soñado logrados, se encontraba en el aeropuerto de Ibiza para volver a Barcelona y cubrir un partido de último momento e interrumpiendo sus vacaciones.
Odió trabajar por un segundo.
La semifinal de la Supercopa Española se estaba llevando a cabo, y aunque Gianna lo ocultara, el partido estaba más que interesante. Atlético de Madrid contra Barcelona. La cosa venía bastante peleada.
―¿Quieres que nos maten? ―la italiana volteó a ver su compañero, Jaime.
El chico demostraba su emoción y fanatismo hacia el Atleti de una forma tan apasionada, que por las miradas que estaban recibiendo quizás al salir del Camp Nou tendrían las ruedas del auto pinchadas.
―Solo estoy alentando a mi equipo.
―Sí, y alentando a que nos lancen miradas de muerte ―susurró Gianna antes de volver su atención al partido.
El primer tiempo estuvo tranquilo, sin goles y con algunas tarjetas amarillas. Pero para el segundo tiempo, Gianna había terminado sentada en la punta de su asiento para ver todo mucho mejor, sin agregar la ansiedad que estaba sintiendo con cada segundo que pasaba.
Koke logró marcar el primer gol contra el Barcelona a solo segundos de iniciar el cronometro del segundo tiempo, Jaime claramente no pudo contener sus gritos.
Sin embargo, no faltó mucho para que Lionel Messi apareciera en salvación de su equipo marcando un gol y logrando quedar empatados. Gianna estaba a nada de comenzar a morder sus uñas.
Goles no cobrados por el VAR, tarjetas amarillas, un gol del Barcelona gracias Griezmann, un penal para el Atleti realizado por Morata y un gol más para el equipo de rojo y blanco.
Señoras y señores, los ganadores de la noche eran los jugadores del Atlético.
Gianna salió a toda prisa del palco donde se encontraban para intentar conseguir una entrevista con alguno de los goleadores de la noche, sin embargo, Jaime parecía olvidar que estaban ahí por trabajo y no por placer propio.
Su compañero la abrazó por los hombros y caminó con ella de esa forma todo el camino mientras gritaba y festejaba por su equipo, ignorando los intentos de escapar de parte de la italiana.
Cuando Gianna finalmente logró escapar de los brazos de Jaime ni siquiera lo esperó. Hace años deseaba entrevistar a Lionel Messi, y esta era la oportunidad perfecta para tachar aquello de su lista de cosas por hacer.
Desafortunadamente las expectativas de la italiana se fueron por el caño al ver que le habían ganado, había llegado muy tarde. Incluso el resto de los goleadores estaban siendo entrevistados, los demás jugadores probablemente ya estaban en los vestidores.
