Capítulo 7

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Vio amanecer desde el cobertizo, tumbado de lado y recostado contra el pecho de Tom Bill pasó una agradable noche entre sus brazos. Terminaron exhaustos tras hacer el amor y cayeron en un plácido sueño del que acababa de despertar con una amplia sonrisa en los labios.

Había hecho por primera vez el amor y le había encantado. Aunque en esos momentos sintiera una ligera molestia no era nada comparado con la felicidad que le hacía sonreír y suspirar.

Tom le escuchó y abrió los ojos. Llevaba unos minutos despierto y pensando que Bill dormía también se limitó a abrazarlo sintiendo su corazón palpitar contra su mano. La bajó por su cuerpo estrechándolo más contra él al tiempo que se incorporaba y le besaba en la curva del cuello.

—Buenos días—susurró contra su piel.

Bill se estremeció al sentirle besar y lamerle, suspirando de nuevo. Cerró los ojos al sentir su mano bajar por sus muslos, arrugando la frente cuando la sintió ir hacia abajo, rozar su entrada.

Se puso tenso en sus brazos y Tom lo notó, dejando de tocarle al momento.

— ¿Te he hecho daño?—preguntó Tom muy preocupado.

—Si...un poco...—contestó Bill sintiendo que se sonrojaba.

—Debes estar dolorido, perdona—se disculpó Tom subiendo de nuevo la mano—Es normal al ser tu primera vez.

Bill no lo sabía, todo era nuevo para él y se preguntó entonces si Tom tenía mucha experiencia.

— ¿Has estado con más chicos?—preguntó volviéndose en sus brazos.

Tom negó con la cabeza.

—Ha sido también mi primera vez—explicó.

— ¿Solo lo habías hecho con chicas?—siguió preguntando Bill con mucha curiosidad.

—Sí, pero son han sido 3—contestó Tom arrugando la frente.

No le gustaba hablar del tema la verdad, no quería recordar su otra vida a la que tendría que volver dentro de unos días. No quería separarse de Bill, estaba experimentando cosas nuevas con él y que le gustaban mucho.

— ¿Tienes novia? Quiero decir, que si te ves con alguna chica en serio—dijo Bill conteniendo el aliento.

En el fondo esperaba que le dijera que no, no quería sentirse segundo plato, un amor de verano al que olvidaría en cuanto regresara a su casa.

—No, nadie—susurró Tom.

— ¿No?—repitió Bill alzando una ceja.

Por el tono empleado, algo le decía que no le estaba contando toda la verdad.

—Se llama Natalie, pero es solo una amiga—aclaró Tom, consciente de que tenía que ser totalmente sincero con Bill—Es la hija de unos amigos de mis padres y ya se nos imaginan juntos para el resto de la vida, pero yo...

— ¿No te gusta? ¿No es guapa?—preguntó Bill.

—No es tan especial como tú—confesó Tom.

Bill sonrió al escucharlo. Entonces se incorporó y armándose de valor se apoderó de los labios de Tom. Era la primera vez que lo hacía, siempre era Tom quien tomaba la iniciativa.

Tom se dejó besar, hasta que el canto del gallo le hizo pegar a Bill un pequeño bote.

— ¡Se me ha hecho tarde!—exclamó Bill separándose.

Siempre se levantaba mucho antes de que el gallo cantara para poder dejar el desayuno preparado, en unos minutos bajarían sus padres y Georg y verían que no estaba en la casa.

Un verano inolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora