Capítulo 9

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Estaba a punto de poner un pie en el primer escalón cuando una vez más una voz le detuvo.

— ¡Tom! Espera—llamó Andreas corriendo tras él.

Tom se volvió y una vez a su altura Andreas le cogió del brazo y siguieron caminando.

—No me tengas en ascuas, ¿qué pasó al final con Bill?—preguntó Andreas yendo directo al grano.

— ¿Qué quieres que pasase con él?—preguntó Tom reacio a hablar del tema con su amigo.

— ¿Qué va a pasar si no? ¿Te lo llegaste a tirar o te rajaste?—susurró Andreas.

Tom resopló, no le gustaba la manera en la que Andreas le había hecho la pregunta.

—Tomaré eso como un sí—dijo Andreas palmeando su espalda—Ha sido diferente, ¿verdad?

Tom no le contestó y siguió caminando hacia su habitación seguido de Andreas que no dejaba de felicitarle.

—Para mí sí lo fue—comentó de repente Andreas.

Tom se paró de golpe al escucharlo, ¿él también...con un chico?

—Lo he hecho un par de veces—contestó Andreas a su muda pregunta—Con dos chicos diferentes, y fue algo...raro, no sé. Pero a la vez me gustó mucho. Aunque si te he de ser sincero, donde esté una mujer con un par de buenas tetas que se quiten todos los chicos del mundo.

Rompió a reír a carcajadas, callándose al ver la mirada que Tom le dirigía. Carraspeó y se puso muy serio.

— ¿Es que hay algo más?—preguntó procurando no gritar— ¿Qué has hecho Tom?

—Yo...me he enamorado—contestó Tom en voz baja.

— ¿De Bill? Pero...si solo era un pasatiempo, tenías que tirártelo y luego si te he visto no me acuerdo—siseó Andreas— ¿Y qué esperas que va a pasar ahora? ¿Viviréis juntos felices para siempre?

—Bill se va a venir a Berlín conmigo—explicó Tom—Nos amamos y vamos a vivir juntos.

—Tom, recapacita unos minutos—pidió Andreas procurando mantener la calma.

—No puedo vivir sin él, Andreas—confesó Tom en un susurro—Lo entenderías si le conocieras tan bien como yo. Es maravilloso, la mejor persona que he conocido.

— ¿No crees que deberías pensarlo mejor?—insistió Andreas—Le vas a arrancar de todo lo que conoce, y Bill... ¿va a encajar en tu vida? Por no hablar del disgusto que le vas a dar a tus padres, el honor de tu familia está en juego. Quedarán destrozados, no está bien visto en sociedad que dos chicos se amen y tú pretendes llevarte a Bill a tu casa y convivir como una pareja. A tu padre le va a dar un infarto, recuerda que está delicado de salud y tu madre...ya sabes cuánto te quiere, le vas a romper el corazón.

Según iba hablando Andreas, Tom empezaba a comprender que llevaba algo de razón. ¿Cómo iba a adaptarse Bill a su modo de vida si estaba acostumbrado a trabajar en una granja? Su forma de vestir destacaría entre la elegancia de Berlín, sus modales y todo él estaría fuera de lugar.

Y su familia...no podía hacerle eso a sus padres. Su padre jamás se lo perdonaría y su madre no dejaría de llorar hasta el fin de sus días...

—Es lo mejor Tom—dijo Andreas suspirando—Regresa a casa y trata de olvidar. Con el tiempo, Bill también lo hará.

Tom asintió con la cabeza y siguió caminando. Entró en su habitación, se aseó y cambió de ropa con rapidez. Se había entretenido hablando con Natalie y ya era la hora de reunirse con Bill. Quería al menos despedirse de él, y pedirle perdón por lo que estaba a punto de hacer.

Un verano inolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora