capitulo 9 La Torre.

199 16 8
                                    

La Guarida de los vampiros o como ellos la llamaban la colmena debido a su forma peculiar se hallaba en calma total pues todos los cientos vampiros que quedaban se reunieron en la sala del trono donde su rey se hallaba sentado. su apariencia era muy peculiar para la mayoría Cuerpo de hombre grande y musculoso, una cara parecida a un león, manos de reptil, pies de pájaro y lengua de serpiente. estaba vestido con su icono traje blanco, capa de color rojo vino y una corona Mágica con poderes de hielo la cual les permitía salir de día; su rey se encontraba sentado en su trono mirando fijamente un cuarteto de humanos que transportaba sobre sus hombros una litera y sentada en esta se hallaba una figura femenina alta, piel grisácea. Con vestido negro largo, una serpiente de oro se envolvían alrededor de su cintura y cuello. Orejas largas y su boca con dos largos colmillos. También llevaba una especie de bandana púrpura oscuro con una gema de color rosa en el centro sobre sus ojos.

Rey Vampiro: Que encantadora sorpresa Emperatriz.-Dijo sobre su trono sonriendo ante la llegada de uno de los miembros de su corte, ella solo se limito a volver a devolverle la sonrisa mientras bajaba de la litera sostenida por sus esclavos humanos quienes se hallaban bajo su poder hipnótico.

En ese momento llego Marceline también conocida entre los vampiros como la Estrella vestida con su outfit Morado después de enterarse de la llegada de la emperatriz.

Marceline/ Estrella: Hola, Emperatriz. ¿Qué te trae por aquí? -Dijo con un tono de desinterés, mientras se acercaba a su padre.

Emperatriz: Oh, Estrella. Qué gusto verte. Sólo encontré algo de interés y pensé en compartirlo con nuestro querido Rey. -Dijo con una voz dulce y falsa, mientras le lanzaba una mirada de reojo ligeramente oculta por la bandana.

Rey Vampiro: Es un placer tenerte nuevamente en la colmena. ¿Qué tal te va con tus esclavos? -Dijo con una sonrisa, mientras se acomodaba en su trono.

Emperatriz: Muy bien, gracias. Mis súbditos me adoran y me obedecen sin cuestionar. Tengo todo lo que quiero y más. -Dijo con orgullo, mientras hacía un gesto con la mano para que sus esclavos humanos se acercaran a ella.

Humanos hipnotizados: Viva la emperatriz, la más grande de la corte además del rey vampiro.-Repetían con voz

Rey Vampiro: Me alegro por ti, eres una gran aliada para nuestra causa. -Dijo con diplomacia, mientras se acercaba a ella y le tomaba la mano.

Emperatriz: Gracias, mi Rey. Eres muy amable y generoso. -Dijo con coquetería, mientras le devolvía el apretón de mano.

La estrella/Marceline: Bueno, bueno. Ya basta de tanta charla. ¿No viniste aquí a hacer algo más que halagar a mi padre? -Dijo con sarcasmo, mientras se cruzaba de brazos.

Emperatriz: Oh, Estrella. Siempre tan directa y sincera. -Dijo con una sonrisa maliciosa.

La estrella/Marceline: No me gusta nada de ti. -Dijo con desprecio, mientras le devolvía la mirada.

Emperatriz: Qué pena que pienses así de mí, podríamos ser grandes amigas si no dejaras de proteger a la dulce príncesa o deberia decir ex-dulce princesa. -Dijo con una voz venenosa, mientras se acercaba a ella.

Marceline: No gracias, Emperatriz. Prefiero ser libre y hacer lo que me gusta que ser, y respecto a la chiclosa ella es un asunto que no te importa. -Dijo con firmeza, mientras retrocedía un paso.

Emperatriz: No, no, Estrella. No se trata de ningún humano. Se trata de algo mucho más interesante y valioso. Algo que podría cambiar el destino de nuestra raza. -Dijo con misterio, mientras uno de sus humanos le pasaba un un libro muy viejo y grueso, desgastado, polvoriento. Muchos marcadores e hojas salidas. En la portada hay un ave, una calavera, un racimo de uvas, una espada y alrededor del centro un aro con seis gemas, y encajes de metal en las esquinas y partes superior e inferior. dos escudos y la palabra Enchiridion en rojo brillante.

Temporada de cazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora