to be so lonely

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Harry estaba aburrido de llegar a su departamento vacío, siempre había creído que estar sin nadie era lo que quería, pero la verdad es que poco a poco la soledad lo golpeaba en la cara. Llevaba una vida sencilla, con un trabajo,  que aunque importante, no era tan demandante, después de todo ser el dueño era una ventaja. 

Su empresa era la mejor del estado y no había mucho de qué preocuparse, tenía más tiempo libre del que deseaba, fue cuando decidió adoptar a una gatita, que en poco tiempo se robó su corazón. 

Así que ahí estaba, en un parque, queriendo que ambos tomaran aire, a veces lo asfixiaba el constante pensamiento de no estar haciendo nada de su vida. Se sentía lo suficientemente mayor como para formar una familia, su familia. Sin embargo, se había pasado la vida siendo un antisocial, apático y retraído. No había forma en el mundo en el que encontrara a su persona especial...

— Nunca en mi vida había visto a alguien sacar a pasear a su gato ¿trae arnés?

Preguntó de la nada el chico que estaba sentado en la misma banca que él,  y al cual no le había puesto atención cuando decidió que era el lugar para pensar sobre su vida.

— ¿No tienes miedo de que se escape? — continuó con la misma intriga en la mirada.

Harry jamás habría seguido la conversación,  simplemente se excusaría para después irse, pero el chico tenía algo en la mirada que le impidió hacer tal desplante.

— Es realmente lista, no se iría de mi lado jamás.

— ¿Y eso por qué? — inquirió con una sonrisa burlona.

— Porque sabe que le convengo.

El chico soltó una risa, como si hubiera sido lo más gracioso del mundo, Harry lo envidió, daría lo que fuera por encontrar las cosas comunes graciosas.

— Pues espero que siga así y no huya cuando vea a los perros que pasean por aquí. 

El chico parecía dispuesto a dejar la conversación hasta ahí, y en cambio Harry quería seguirla, por lo que agregó:

— Por eso mismo me voy, casi es la hora en la que todo mundo sale del trabajo y viene a sacar a sus perros. ¿Quieres acompañarnos?

No supo de donde sacó el atrevimiento, pero se sentía con el ánimo de hacer un amigo, así iniciaban las buenas amistades ¿no?

— No lo sé,  ¿para donde van? — contestó,  parecía perplejo y Harry pensó que había sido muy intensa su propuesta.

— En realidad no estamos nada lejos de casa, mi edificio es este.

Vio al chico abrir la boca, totalmente asombrado.

— Dios, ¿es en serio?

— No miento.

— Bueno, es mejor que me vaya entonces.

Harry se confundió ante eso, la verdad es que su posición económica siempre había sido muy atrayente para los demás. Era algo nuevo.

— ¿Por qué?

— Ya sabes, no me llevo con gente de dinero.

— ¿Eso qué significa exactamente?

— No te ofendas ni nada, pero odio el mundo de apariencias en el que se  enfrascan.

— Explícate — pidió con real intriga, ese niño parecía ser listo.

— Ya sabes, la gente con dinero es muy superficial, en cambio yo soy más sencillo, me gusta la vida real.

— ¿Estas prejuzgandome solo por el lugar en el que vivo? ¿que pasa si es de un amigo que hace caridad o estoy como trabajador?

En mi menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora