Capítulo 5

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— Cuidado con él, recuerda lo que habíamos acordado.

— Qué yo sepa, esto jamás fue un acuerdo.

— Ten cuidado con lo que dices, niña. Solo mantén tu distancia con él, todo debe ser estrictamente profesional.

— Lo voy a hacer porque quiero —hizo una pausa—  Tengo las cosas muy claras, él no será un inconveniente para ustedes de nuevo, no te preocupes.

— Me alegra que sepas tu lugar. Ojalá hubieras sido así de cooperativa hace años, quizas no habríamos llegado a esos extremos y-

Jisoo terminó la llamada sin siquiera esperar a que terminará de hablar.

— Idiota... —murmuró mientras lanzaba su celular al otro sofá que tenía a un lado.

Suspiró mientras se tomaba de un solo trago el vino que tenía en su copa. Su respiración se sintió más pesada, como si algo se hundiera en su pecho, y su agarré en la copa se hizo más fuerte.

— Solo dos años más... —se dijo a sí misma varias veces en un intento de mantener el control de sus emociones. Sin embargo, en lugar de eso, sintió cómo las lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos, invadida por la culpa y la ira.

En otro intento de distraerse, dejó su copa en la mesita y se levantó de golpe del sofá, dirigiéndose directamente a la cocina.

Pero al abrir su refrigerador se quedó inmóvil, intentando regular su respiración.

Las personas han estado diciendo que subiste de peso de nuevo... Sabes que debes mantenerte en forma, estar en un peso saludable.

— No debo comer... —murmuró mientras unas lágrimas corrían por sus mejillas— Pero quiero comer, lo deseo... —sollozó— ¿Por qué no puedo comer? Me hace tan feliz... Tengo tanta hambre... —exclamó con dificultad, sintiendo un nudo en su garganta y su respiración aún más agitada, sus piernas perdiendo fuerzas y amenazando con hacerla caer.

Lo cierto es que ella solo alcanzó a desayunar ese día. Luego tuvo que ensayar y ensayar para el desfile que tendría en unos meses. Después tuvo que grabar un comercial, de nuevo. Y para cuando terminó su agenda del dia, la hora permitida para que comiera ya había pasado.

Era la tercera vez en la semana que le pasaba eso. ¿Cómo había acabado así, de nuevo?

Es por tu bien, Jisoo

— Yo solo quiero comer, lo necesito. —dijo entre sollozos cerrando lentamente el refrigerador.

Debes dejarlo, por el bien de todos, no seas egoísta, Jisoo

— No quiero ser egoísta, solo... —cayó de rodillas y se abrazó a sí misma, intentando encontrar algo de consuelo en sus propios brazos— Lo amo...

"¿Qué mierda me pasa?¿Por qué razón estoy llorando ahora? " Ella no se entendía a si misma. ¿Lloraba por no permitirse comer? ¿O por él?

No lo sabía. Todo lo que sabía era que sentía un dolor sordo y persistente en su pecho, un dolor que parecía intensificarse cada vez que pensaba en él. Y junto a ese dolor, estaba el rugido constante de su estómago, un cruel recordatorio de las comidas que se veía obligada a saltarse.

Pero lo que más la atormentaba era la culpa. La culpa de haber abandonado a la persona que más amaba, la culpa de no poder cuidar de sí misma como debería. Y a medida que las lágrimas caían por sus mejillas, se dio cuenta de que no estaba llorando solo por la comida, o solo por él. Estaba llorando por todo lo que había perdido, y por todo lo que se le estaba negando constantemente. ¿Su vida era de ella?

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