Capítulo 9

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Esto no lo iba a hacer por correo electrónico, así que hablé primero con Gala, a quien tenía más cerca, tan solo un piso debajo de mi oficina en ILIA. Mandó llamar a Yale, entonces a ambos les expliqué la situación de Camille.

—¿De verdad crees que nuestra presencia le ayude? —preguntó Gala con desconfianza.

—Es probable, y tal vez me equivoque, pero, ¿no lo intentarían? —me dirigí a los dos.

—Haríamos lo que fuera —respondió Yale.

—El tema son las razones por las que nos fuimos de la Mansión en primer lugar y...

—Lo que Alexey va a decir —completó Yale.

—Yo me encargo de él —me puse de pie—. ¿Pueden hablar con Karen? Yo la buscaré después. Tengo que hablar con Kim.

—¿La vas a llevar a vivir a la Mansión? —se incomodó el sujeto.

—Si es necesario —encaminé a la puerta—. Solo piénsenlo —dicho eso, me fui.

Son cerca de las dos de la tarde, así que subí a mi oficina y fui directamente con Soledad.

—Voy a salir a comer en diez minutos, reserva en un restaurante y dile a Kim que la espero ahí, sola —le indiqué a la mujer y fui a mi oficina.

Guardé los documentos de los últimos trabajos que estuve haciendo, tomé mi bolso y salí.

Nataniel me llevó al restaurante que eligió Soledad y, mientras esperaba, pedí un té helado y la carta.

Mi teléfono sonó. Es Ulises. Acepté la llamada y me coloqué el móvil en posición.

—Mande —respondí.

Me dijo Pinky Dinky Doo que la estás pasando mal.

—... —rodeé los ojos—. No me gusta lo que ustedes acostumbran hacer al respecto.

Cálmate, solo digo que estaremos toda la semana en mi casa, y las puertas están abiertas.

—¿Tienes casa? —pregunté extrañada. Lo escuché reírse.

—Te enviaré la dirección, solo ven si te aburres.

Vi a Kim acercándose a la mesa.

—Tengo que colgar —dije y colgué la llamada, al mismo tiempo en que Kim tomaba asiento, mirándome con desconfianza.

—Me dijo Soledad que querías comer conmigo —expresó al aventar todo su cabello hacia atrás.

—No en realidad, lo que quiero es hablar contigo.

—Tú dirás.

Antes, un mesero vino a tomar la orden y, ya que tenemos el tiempo contado, le pedí el menú del día para ambas, yo estoy invitando, así que elegir lo que Kim comerá es uno de mis privilegios.

—Como sabes, la situación de Camille no está mejorando ni empeorando. Tengo motivos para sospechar que su estado de ánimo tiene todo que ver. No le gusta haber regresado, sola, a la misma casa de la que tanto quería escapar.

—Camille no quiere estar ahí —apuntó.

—¿Ella te lo dijo?

—No hace falta, la conozco.

—Precisamente —indiqué en cuanto lo mencionó—, para que mejore, necesita cerca a todo el que ella quiera ver.

—¿Y?

—Ni Alexey ni yo estamos como para un beso de las buenas noches. Ella necesita saber que no importa a qué hora te quiera ver, estarás ahí.

Alzó una ceja, mirándome.

[7] CCC_Henko | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora