Capítulo 42

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Durante esa semana, estuve pendiente de la situación de la demanda en el Congreso de Salud, según esto, no van a resolverlo todo ellos mismos, tenemos que darles opciones y la sugerencia va a ser redactar nuevamente el permiso de la estancia de cada paciente en su respectivo centro psiquiátrico. La cuestión ahí es que se trata de un trabajo que demanda mucho y lo pueden clasificar como innecesario.

Por lo menos, la orden de detener Terapias de choque ya cubrió todo el Estado, y en estos días llegará a Guanajuato, Michoacán, Guerrero y Puebla.

Estaba en mi oficina, leyendo el correo que me mandó Salvador con el documento que entre él y Dion redactaron para el Congreso. La van a presentar en unos días.

Dice que estarán de acuerdo en que volver a estructurar esos permisos es demasiado trabajo para quien lo vaya a hacer... Miré a Olive por encima de mi computadora.

La chica lleva en mi oficina un rato, esperándome para ir a comer.

—¿Qué estás estudiando? —le pregunté.

—Administración de empresas —respondió.

—Supongo que sabes redactar documentos con consideraciones específicas.

—... —ladeó la cabeza un poco—. Sí.

Comencé a escribir un correo de respuesta para Salvador.

—¿Ya estás haciendo el Servicio Social?

—Ya lo terminé.

—¿Y las Estadías?

—Todavía no.

—¿Dónde las vas a hacer?

—No sé... —comenzó a dudar—. Por la beca del Liceo, si no las hago dentro del mismo, yo tengo que buscar por mi propia cuenta. A mí no me ofrecen lo mismo que a los que pagan su colegiatura completa.

—¿Te gustaría hacerlas en Bathory?

Enserió.

—Estás jugando —aseguró.

—Para nada —desistí del correo—. No vas a estar en el hospital directamente. Estarías trabajando con Salvador Pereyra, es el abogado que está llevando la demanda que hice. La solución directa, y la única a la que podríamos llegar, es volver a escribir el permiso de los pacientes que los tutores les firman a los hospitales.

—¿Para qué?

—Para quitarles la libertad a los médicos de implementar ciertas terapias, indicando solamente las que sean necesarias de acuerdo a su situación específica. Para eso, también hay que leer expedientes.

—... Quieres que se reevalúen los expedientes de los pacientes y, con eso, que se redacten otra vez estos permisos.

—Especificando qué procedimientos se van a llevar a cabo en cada uno —repetí.

Hizo una mueca.

—¿No es mucho trabajo?

—Algo... Pero las dos nos estamos haciendo un favor. Yo te soluciono esas Estadías y tú a mí no perder la demanda.

Lo pensó durante bastante tiempo, es más, en la comida en el restaurante le expliqué a detalle cuál sería su trabajo y, después de muchas preguntas, terminó por acceder.

Poco antes de irme de ILIA, terminé el correo a Salvador, sugiriéndole abrir una plaza de Servicio Social y Estadías en los hospitales, para que los estudiantes sean los que se encarguen de redactar esos permisos, con supervisión directa, claro está.

Cuando aceptó llevar el caso, sabía perfectamente en lo que nos estábamos metiendo, así que tampoco le estoy exigiendo más de la cuenta y lo estoy ayudando en todo, yo estoy dando la cara, porque los fondos vienen de Alexey.

[7] CCC_Henko | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora