Capítulo 44

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Insisto, no puedo ir a casa de Mijaíl, lo conozco y en este momento no va a tener ganas de hablar conmigo.

Todavía seguía con los forajidos, pensando en lo que iba a hacer y sin llegar a nada por mi cuenta.

—A ver —Sander se puso de pie—, te llevo —dijo de mala gana y me pasó de largo.

Miré a los otros tres.

—Con él cerca no te va a hacer nada —aseguró Vivian.

Suspiré antes de seguir a Sander.

Igual fuimos en el auto en el que vine, solo que condujo el taciturno.

En la muy breve conversación que tuvieron los dos sujetos, me enteré de que en uno de esos edificios vive Sander, entonces por eso es que Nataniel actuó tan sin en cambio cuando le di la dirección.

Por otro lado, hace mucho tiempo que no iba a la casa de Mijaíl, aunque la recordaba perfectamente.

Ya delante de la vivienda y fuera del auto, me negué a entrar. No sé si Salvik está ahí.

Me recargué en el auto, con los brazos cruzados, mirando hacia la casa.

—Dile que venga —le dije a Sander, quien me miró con cierta molestia—. A esta hora, ya estás en servicio —aclaré que no fue un favor lo que le pedí.

Fue a llamar a la puerta y no estoy segura de quién le abrió, pero lo dejaron pasar y, después de unos minutos, salió siendo seguido por Mijaíl.

Parece que no ha salido de su casa, luce más pálido que de costumbre.

Y, otra vez, ni una sola expresión en el rostro. Así me hace más difícil suponer lo que está pensando.

Si bien se acercó, no me dijo nada, ni una palabra.

—¿Lika te lo dijo todo? —pregunté al ver que, si no hablo yo, menos lo hará él. Igual, solo asintió—. ¿Qué piensas hacer? —No respondió—. Mijaíl, dime algo.

—No voy a decirle nada a tu hermano, si es lo que te preocupa —dijo por fin.

No quería tener que decirle que, por mucho que quisiera que lo que pasó con Lika no hubiera sucedido o por lo menos que Lucas no se hubiera involucrado, me importa más Derek.

—Lamento lo que pasó, pero nosotros no tenemos la culpa de nada...

—«Nosotros» —repitió al aire, luego me miró—. Puedes estar tranquila, si Derek se va a enterar, no va a ser por mí.

No lo reconozco en lo absoluto.

Suspiré.

—En serio lo siento —concluí.

Me fui con Sander y Nataniel, así como llegamos.

Nos detuvimos a medio camino para cargar gasolina, solo que le dije a Sander que me acompañara mientras Nataniel se hacía cargo del combustible.

Entramos a la tienda de conveniencia a unos metros. Iba buscando un té helado.

—¿Ustedes saben lo mismo que Mijaíl? —le pregunté.

—¿Sobre Derek?

—Sí.

—No. Siempre hemos sabido que algo sabe de tu familia, por Salvik, pero nunca nos ha dicho nada.

Por un lado, creo que no sería capaz de meterse con eso aun cuando ha tenido motivos, sin embargo, por otro lado, siento que lo está reservando para cuando lo necesite.

Con la ayuda de Lucía, la organización del evento fue mucho más ligera, además, Michelle vino en cuanto lo llamé.

Una vez que estuvimos seguros de que el evento iba a ser perfectamente logrado, comencé a enviar las invitaciones.

[7] CCC_Henko | TERMINADA | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora