Alas

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- ...Duxo, me puedes explicar que chucha está pasando webón -Habló Aquino quedando perplejo ante sus alas-

- Ya viste que Locochon es híbrido de lobo ¿no?

- Ajá...

- Pues, yo soy híbrido de paloma, perdón por no decírtelo hasta ahora... pensé que te enojarías o ya no me verías igual -Contestó con nervios- Los híbridos de aves son muy pocos y muchos los comercializan, es por eso que lo oculté...

El castaño se quedó callado por unos segundos para luego analizar un poco la situación

- Gracias por tener la confianza como para decírmelo... -Habló con una sonrisa- No se lo diré a nadie... ¡y mucho menos te comerciaría ilegalmente webón!

- Uff... gracias por no querer hacerlo -Respondió con una risita- Si quieres míralas mejor

- ¿Sí puedo? -Preguntó el de ojos miel con curiosidad-

- Claro, no tengo problema alguno -Contestó tratando de ocultar su emoción, desde muy pequeño quiso que apreciaran sus alas, él creía que eran muy lindas pero nunca pudo saber que opinaban los demás de sus alas-

Se giró dándole la espalda a Aquino para mostrar aquellas grandes alas que había ocultado todo ese tiempo

Por otro lado el de ojos miel estaba nervioso, no sabía si debía acercarse mucho o no, tenía miedo de decir o hacer algo mal

Se acercó un poco y observó con detalle las lindas alas llenas de plumaje que salían de la espalda del más bajo, le encantaba el color gris que desprendían, desde la parte inicial que comenzaba con un gris bastante claro hasta la parte final de las alas en donde el gris era notablemente más oscuro con un leve moteado blanco, a sus ojos eran una total belleza que adornaba a la perfección el lindo aspecto del azabache

- Son muy lindas -Mencionó en voz baja-

- Gracias, siempre quise saber la opinión de alguien acerca de ellas -Contestó ocultando el suave rubor que empezaba a expandirse en su rostro-

- Duxo

- Dime

- ¿Puedo tocarlas? Me da curiosidad... claro si no te moles-

- Sí puedes -Intervino el de orbes lilas-

Aquino no esperó más y acercó cuidadosamente su mano a una de las alas de Duxo, tenía miedo de lastimarlo por lo que tocó suavemente el plumaje de estas, era realmente como acariciar a una paloma

Duxo, por otro lado, no estaba acostumbrado a que le toquen las alas, ni su madre se las tocaba, y ahora se daba cuenta del por qué. Se estremeció un poco al sentir el suave tacto de la mano del castaño delineando el plumaje de sus alas, nunca había sentido eso, era una combinación de varias sensaciones confusas pero acogedoras, su cara estaba ruborizada pero sabía que Aquino no se daría cuenta ya que estaba de espaldas. No sabía en qué momento empezó a mover un poco sus alas para buscar más tacto del castaño

Quizás esto podría interpretarse como algo incómodo pero en realidad ambos estaban en una burbuja que los alejaba de la realidad, para ambos era acogedor ese sentimiento que los consumía sin darse cuenta

El de ojos miel contorneaba con su mano el plumaje de las alas, lentamente se dirigió al inicio de estas (casi tocando la espalda) y pudo notar que el azabache se sobresaltó por el tacto en esa zona por lo que se detuvo

- Perdón ¿te duele? -Interrogó con preocupación de haber lastimado a Duxo-

- No... es algo confuso, tú solo sigue -Respondió aún sin mirar al contrario, llevaba un gran sonrojo en su rostro-

Aquino obedeció y continuó acariciando dulcemente esa zona de color gris claro, las alas del de orbes lilas se movían lentamente en busca de más tacto, al castaño esto le parecía muy tierno y no lo negaría

- Eres muy tierno -Dijo Aquino con una sonrisa, se sentía como acariciar a una paloma- ¿Te gusta?

Duxo no respondió por unos segundos, se quedó en silencio al no saber como responder a esa pregunta

- P-Pues... creo que sí -Contestó-

El castaño dejó de admirar las alas del contrario y su mirada se fijó en su torso, un rojo carmín invadió sus mejillas y se centró de nuevo en las alas para no desviar su atención y pensamientos

"No es momento para pensar en cosas impuras, es mi amigo" Se daba un golpe mental a sí mismo

"Aunque no me está viendo"

Con ese pensamiento en mente no podía evitar posar su mirada en la espalda desnuda del azabache admirando todos los detalles de esta y procurando nunca borrarlo de su mente

- ¿Q-Qué haces? -Preguntó el de orbes lilas al sentir el tacto de las manos del castaño en su piel haciendo que un escalofrío recorra su cuerpo-

Aquino observó sus manos y notó que estaba acariciando la espalda del azabache en vez de sus alas, rápidamente levantó sus manos como si de un asalto se tratara

- ¡P-Perdón, lo hice sin pensar! -Se justificó el de ojos miel con un sonrojo-

- No te disculpes, no me molesta -Intervino el más bajo-

"Hazlo de nuevo porfa" Suplicaba el azabache al universo en sus pensamientos

El castaño se sorprendió al no recibir una queja o regaño de parte de Duxo

"¿No te molesta? ¿Significa que puedo volver a hacerlo? ¿Por qué quiero volver a hacerlo?" Se interrogaba mentalmente el de ojos miel

- ¿Puedo abrazarte? -Preguntó Aquino con algo de nervios-

- SÍ... digo, si quieres hacerlo no tengo ningún problema -Contestó con un sonrojo volteando un poco la cabeza para ver al castaño-

Aquino no esperó más y abrazó por la espalda al azabache tan delicadamente como si de una reliquia valiosa se tratara. El azabache se quedó en silencio con obvia vergüenza, sentía que su corazón estaba a punto de salir de su pecho

Ninguno de los dos sabía por qué dejaban que sucediera eso, Aquino amaba abrazar a Duxo pero era diferente ahora que no tenía algo que cubra su abdomen, pecho y espalda. En cambio, Duxo amaba recibir abrazos de Aquino y empezaba a darse cuenta del por qué

- Aquino

- Mhm?

Sin responder, el más bajo se volteó para ver el rostro del castaño más de cerca, sus ojos lilas se encontraron con los de color miel luego de un buen rato y no conformándose con eso se acercaron sin decir nada

No sabía si debía dar el paso, le recordaba al momento en el que se quedaron mirándose y sus amigos interrumpieron el momento, pero ahora ya no había nadie que interrumpa ese momento, no había nadie que los detenga y eso animó al castaño a dar la iniciativa para luego sellar aquel momento con un tierno beso

Duxo dio un pequeño salto en su sitio, sus alas se movían con emoción y cuando pudo razonar un poco lo que estaba pasando, posó sus brazos alrededor del cuello de Aquino para cerrar sus ojos y dejar fluir ese sentimiento que tenía encerrado por mucho tiempo.

Sampi_yu

Aquella Navidad [DUXINO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora