•2:45 p.m•
El de pelo amarronado rió audiblemente, no podía creer que su novio era tan despistado como para equivocarse de zapato
- ¡Ya pues! Le puede pasar a cualquiera -Se justificó el de ojos lilas-
- Como digas -Respondió entre risas-
- Ugh, bueno, mi madre lo aceptó completamente -Dijo cambiando de tema-
- ¿De verdad? -Preguntó Aquino con sorpresa pero felicidad- ¿No se enojó ni nada?
- Nop -Respondió mientras seguía jugando con los cabellos rebeldes y ondulados del castaño-
El azabache notó como el más alto casi saltaba de la emoción en aquel asiento del parque en el que se encontraban, y aunque le gustaba verlo feliz aún había algo que debía decirle
- Pero con una condición... -El de ojos mieles se concentró totalmente en las palabras de Duxo- Dijo que quería hablar contigo e invitarte a una cena
- ¿Cenar y hablar conmigo? -Preguntó con sorpresa-
- No webón, con el vecino -Respondió sarcásticamente- Obviamente que contigo
- Pero ella ya me conoce
- Sí, pero nunca ha hablado contigo, se dirigen un par de palabras pero no han tenido una conversación -Argumentó con sinceridad- Mira, sé que hablar con mi madre suena aterrador... y lo es, pero este será el último obstáculo en nuestra relación Aquinin
El de ojos mieles no tuvo otra opción que aceptar esa condición, asintió con la cabeza esperando que su fin no esté cerca
- Ya, tranquilooo -Dijo el azabache alargando la "o" al ver que su castaño no estaba tan seguro de su respuesta- Si lo haces... -Dudó de lo que diría- Okey... Si lo haces podemos intentar algo nuevo en nuestra relación
El miedo de Aquino se transformó en sorpresa y luego en duda
- ¿Algo nuevo? -Preguntó con curiosidad y mucha atención-
- Sabes a lo que me refiero -Contestó el de ojos lilas con seguridad- Dar el siguiente paso
El más alto de ambos se quedó en shock por unos segundos, esto asustó a Duxo, quien intentó hacerlo reaccionar dándole un codazo en el hombro
- ¡SIIIIIIIIIIIIIIII!
Un par de personas los miró raro y el azabache, antes de que más personas lo escucharan, le tapó la boca al menor para callarlo
- ¡No grites, maldito virgen! -Gritó, irónicamente- Webón, estamos en el parque -Continuó hablando pero bajando el tono de su voz-
- Perdón, perdón... ¿Pero lo dijiste enserio? -Interrogó el castaño con incredulidad-
‐ Que sí, mierda -Respondió con algo de enojo al tener que repetirlo- Espero que mínimo te sirva como un motivador
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•4:50 p.m•
El de ojos mieles corría de un lado a otro en su habitación, llevaba cosas a la derecha y buscaba cosas en su izquierda