⋅ 𝑪. 𝟏𝟒 ★

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TOM—


Habían pasado un par de días desde la última llamada de Ariana, por más que quisiéramos saber de ella no contestaba las llamadas.


«si pasó algo por favor, dímelo.»


Termine de mandar el mensaje, aún con angustia y preocupación, debía seguir con mi vida. Hoy era nuestro último ensayo, lo próximo era el concierto, pero la verdad no tenia inspiración para darlo, un mensaje de ella podría cambiar mi día.







— ¿Todavía no contesta? — preguntó Bill, él también estaba angustiado, siendo su mejor amigo al menos tenía que mandar mensajes, ¿no?


— Nada...


— Ya me está preocupando.


ARIANA—


¡ARIANA YA SACA LA PELOTA!


¡Es que no puedo!


Es fácil, no puedo creer que no te hayan enseñado un saque de voleibol en la primaria.


Ok, lo intentaré...


Saque la pelota y cuando todo parecía ir bien, él me tiro la pelota cuando estaba distraída, obviamente para que no pegara en mi delicada y preciosa cara, metí las manos.






Ahora adivinen quien esta en el hospital...





— Está bien la mano, solo guarde reposo 2 semanas y todo bien.


— Muchas gracias...


— Debes tener cuidado practicando deportes.


— Lo tomare en cuenta, gracias.


Salí con mi brazo envuelto en una férula, no me imaginaba que en el primer entrenamiento de Taylor que lo acompaño fuera a pasar todo esto.


— No vuelvo a ir contigo nunca más a jugar voleibol.


Carcajeó. — Ya estas bien, ¿quieres ir a desayunar? Invito.


— Solo si es mi restaurante favorito.


— Tu elige, yo pago.


Mientras íbamos caminando por las calles cuando encendí mi celular, llevándome con la sorpresa de las 67 llamadas perdidas de Tom, de Bill eran 115, mientras que de Gustav y Georg eran 3.


Abrí los mensajes y dejé un mensaje a cada uno, no tenia ganas de oírlos.


«Estoy bien, no se preocupen.»


No tardaron mucho en responder, sus respuestas me limité a verlas, apague el celular, para seguir tranquilamente con mi vida.


Entramos a un lugar con vibes de Taylor Swift, esos lugares donde hay libros, cuadros decorativos y el olor a café, me cautivaban. Escogimos una mesa en la esquina la cual complementada por dos sillones acolchados frente a frente color blanco.


— ¿Que vas a pedir? — preguntó Taylor.


— Waffles y una malteada de fresa, ¿tú?


— Un sándwich tostado y...igual malteada de fresa.


Nos tomaron la orden y un rato más tarde ya estaba la comida sobre la mesa, el silencio invadió el ambiente, solamente nuestras bocas mascar o los sorbetes succionando la malteada a nuestra garganta, era lo único que se escuchaba.


— ¿Y que pasó con el chico que me platicaste, arreglaron sus diferencias? — dijo tomando casi el último bocado del sándwich.



— Ah, si el...no quiero hablar de eso.


— Esta bien, después me lo contarás.


— ¿Nos vamos?


TOM—


Llegamos al escenario donde ensayaríamos, no tenia ganas ni motivos por los cual ensayar o siquiera dar el concierto, creo que todos estábamos igual, pero más Bill.


— ¿Y si le pasó algo? ¿Como estará? Maldita Ariana, contéstame. — casi le gritaba al celular y lo estrellaba contra la pared o la primera cabeza que tuviera en el camino.


— Tranquilo, ya sabremos algo de ella. — lo decía yo como si no me desmayara de la angustia al saber cuántas cosas le podían pasar.


— ¿Tranquilo? Mejor cállate, que seguro no nos habla por tu culpa.


— Hola chicos a ensayar, no los quiero con esas caras largas.


Llegó Lydia y fue como un alivio del odio que todos me tenían en ese momento, amablemente me abrazo y saludo con una sonrisa de oreja a oreja.


NARRADOR OMNISCIENTE—


Tom estaba riendo con Lydia mientras tocaban la guitarra, los demás solo veían e insinuaban cosas juntos.


De repente y sin esperarse a todos les llegó una notificación al mismo tiempo.


— ¡Es de Ariana! — gritaron Bill, Georg y Gustav al mismo tiempo. Aunque por otro lado...


— Es...no es de ella... — Dijo Tom, mientras todos lo miraban apenados.


La furia se apoderó de Tom, después de preocuparse por ella, un «No se lo merece» por su mente pasaba.







Después de horas ensayando, por fin estaban listos para el fin de semana, todos guardaron sus cosas, Tom y Georg ponían las guitarras en sus fundas, Gustav limpiaba los discos de la batería y Bill afinaba la voz en el micrófono.


Lydia esperaba en una esquina mientras sus dedos furiosos y planeando algo mandaban mensajes a alguien misterioso.


Termino y dejo el celular de lado para ir con Tom, quien se encontraba irritado.


— ¿Te encuentras bien? — dijo Lydia extendiéndole una botella fría de agua.


— Si. — abrió la botella de agua, saliendo humo proveniente de la botella recién abierta.


— No lo creo, pero si creo que tengo algo para ponerte de buen humor...


Tomó de la mano al de trenzas guiándolo a la puerta del personal, todo estaba oscuro, solo había una lámpara deteriorada que apenas y contaba con un poco de luz parpadeando.


— ¿Qué hacemos aquí, Lydia?


— Tranquilo...solo somos tú y yo, nadie más.


Mientras Lydia caminaba hacia atrás chocó con algo, para no caerse Tom tomó su cintura, ambos quedaron viéndose fijamente, Lydia recuperó el equilibrio, aprovechando teniendo las manos de Tom en su cintura, tomó su nuca, uniendo sus labios en un beso, descargando todas sus emociones...













































































































































⌦ 𝗙 𝗘 𝗥 𝗖 𝗛 𝗨

Aveces siento que yo y Ariana estamos pagando
hasta el karma de Juan de Dios Pantoja.

⊹ 𝗡𝗼 𝗼𝗹𝘃𝗶𝗱𝗲𝘀 𝘃𝗼𝘁𝗮𝗿 𝘀𝗶 𝘁𝗲 𝗴𝘂𝘀𝘁𝗼!
.⃗ 𝗦𝘂𝗴𝗲𝗿𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮𝘀, 𝗼𝗽𝗶𝗻𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗼 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲𝗮 𝗲𝗻 𝗰𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀

𝐰𝐨𝐦𝐚𝐧𝐢𝐳𝐞𝐫 ─ 𝐭𝐨𝐦 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora